Dulce aguardiente de caña, dulce brebaje criollo que es heroísmo, simpatía, pundonor, sangre y espíritu de la raza nuestra! Dulce aguardiente de caña, nacido a orillas de los trapiches de las tierras cálidas que rezuman miel, destilado con curia y devoción monástica en rústicos alambiques de perfumadas maderas o en ollas de barro fresco, a hurtadillas de guardias y de alguaciles!Dulce aguardiente de contrabando, trago macho de la tierra brava, donde el anís se espiritualiza y transparenta en ondas de aromas que embriagan! Pócima nativa, oculta siempre a las requisas oficiales bajo la tapia de fogón casero, en las profundidades de la tierra como una guaca, o escondida en calabazas, como al descuido entre tabacales. Nuestros trovadores han ensayado siempre sus mejores coplas para el grato licor nacional, porque resbala por el cogote como un chorro de alegría, es sabroso al paladar, perfuma las conversaciones montañeras, prende efusión las almas tristes, y tonifica, conforta, aliviana y hace menos los sucesos malos de la vida.Ellos laudan con vehemencia las virtudes y superioridades del aguardiente de caña contrabandeado, que es el preferido de los peones, paisanos, arrieros, mineros vaqueros y montañeses de nuestra tierra mestiza. Y lo es, porque se fabrica en menor cantidad que el oficial, y está elaborado, por lo tanto, con aconductamiento y cariño, no contiene substancias tóxicas, se destila en olla de barro puro, con anís auténtico, y sobre todo, tiene el encanto de la clandestinidad, pues los celadores de la renta lo persigue descanso, lo cual no sucede con el aguardiente del gobierno que carece de este aliño peligroso, está rodeado de garantías se le destila en máquinas modernas que le dejan mal y le escatiman el anís legítimo.Muchas son las cualidades del aguardiente: es compañero de gustos y reveses de nuestro pueblo; el labrador que era tímido y temblaba de enfrentarse a una hembra re con dos o tres copitas de tan exquisita toma se vuelve insinuante y arriesgado y se siente entonadito para hablar con desparpajo a la mujer más retrechera. Y con tres más, la, saca a revolar en cuadro un bambuquito macho de dos pañuelos colorados, y ambos lo bailan en rueda de admiradores, con todas las vueltas de estilo, ante la admiración de la paisanada que se sorprende del cambio sufrido en el antes bumbuquero pusilánime.Es, además, tónico casero para medicina y para holgorio y se hace presente en todos los acontecimientos de la vida campesina: él preside los casamientos montañeros, el ‘velorio' de un ‘dijunto', la enfermedad de un compadre, el bautizo de un ‘angelito’, las veladas en la fonda, las corridas de toros, los paseos a los pueblos vecinos. No puede faltar en ningún sitio porque a toda hora se le reclama, solicita, trova adula, pide y consume.El vaquero, montado en brioso táparo, corre por el llano con tanto brío, porque de vez en vez, para el galope y del bolsillo del zamarro o de la alforja el amado brebaje, con el cual se moja el guargüero a pico de botella para que tenga más sabor y lo alebreste más. Inmediatamente que le baja al cuerpo, su corazón se baña de contento, se aclara el paisaje, pierde distancia el camino y echa por el llano ahora sí con un trotecito zalamero y carecoleador, que es con expresión de su alegría.También con aguardiente se hizo la guerra emancipadora y las mejores revoluciones tienen aroma suyo. Antes de entrar al combate, los generales se bajaban de sus cabalgaduras, y con la solemnidad del caso, ofrecían copas de aguardiente revuelto con pólvora a cada uno de sus soldados el fin de que entucaran con valor en la pelea.Hasta su Excelencia, el señor don Simón Bolivar, con ser que era sobrio, se volcaba sus copitas de aguardiente, bajo la ruana sabanera, antes de hundir las espuelas al caballo y adentrarse a la batalla.El aguardiente ha sido el mejor combustible para movilizar la vida nacional; él es el motor que impulsa nuestro mecanismo y bajo su influencia se ha realizado nuestra historia: revoluciones, guerras largas, victorias, descalabros, todas las peripecias colombianas tienen aroma de anís y están bautizadas con gotas claras de aguardiente. Por eso, es un benemérito de la patria.
----------------------------------------------------------------------------------------------TRAGO AGARRADOR Unido a la lexicografía etílica paisa, está este terminacho que califica a Don Anís. Un trago es "agarrador" cuando entra como gato en reversa y se aloja directamente a todo lo largo de las circunvoluciones cerebrales. Se le siente la intención dañina desde que inicia su deslizada guarguero abajo. El hombre siente que le patina la cocorota y muchos hasta lagrimean y se ponen bizcos. Los mejores catadores montañeros atribuyen esta característica del aguardiente oficial, a que el Superintendente de Rentas Departamentales (GODO). Es vox populi (la voz del pueblo) que un Súper no saca trago traicionero, pues le va en ello el puesto. --------------------------------------El Aguardiente......... El aguardiente está preso en una cárcel de vidrio,yo lo vengo a visitar porqu'es mi querido amigo.
Si el torito fura di'oro y los cachos de aguardiente y yo fuera el toreador,!Qué toriador tan valiente!
Este baile va p'arriba y el aguardiente rodando,porque onde no hay aguardiente el baile está bambaleando.