martes, noviembre 11, 2008

AHORA QUE ESTAMOS EN EL MES DE LAS ANIMAS

MES DE LOS FIELES DIFUNTOS


COMO SE VIVIA EL MES DE NOVIEMBRE EN ITUANGO.

El mes de noviembre en Ituango,por tradición ha sido un mes dedicado a recordar a nuestros fieles difuntos, se acostumbraba visitar el camposanto con flores para recordar a familiares y amigos,el mes se iniciaba con una solemne ceremonia que se oficiaba en el camposanto del pueblo,ayi los sacerdotes de la parroquia celebraban misa de difuntos y los feligreses de manera piadosa recordaban y pedían por sus deudos.
Pero hubo una costumbre muy bonita que se ha perdido en el pueblo y es la del animero, la cual consistía en salir durante todo el mes de noviembre, por todo el pueblo rezando por los difuntos, según la creencia popular se sacaban las animas del cementerio, para recorrer el pueblo de sur a norte, después de recorrer las calles y carreras pidiendo un Padre Nuestro por las venditas Animas del Purgatorio, ya en la madrugada hay que regresar al cementerio ha llevar las animas de regreso,se cuenta que se ha dado el caso de una o varias personas (animeros)que sacaron que las animas y ya tarde de la noche o en la madrugada se han entrado a sus casas de habitación, por pereza de bajar de nuevo al cementerio ha llevarlas de donde las sacaron, se cuenta que estas persona al acostaren ya en su cama empiezan a sentir fríos, ruidos y es tanto el malestar que se han visto obligados a levantaren y bajar de nuevo al camposanto a llevar a las animas, una vez cumplido lo anterior han podido regresar a sus casas y dormir tranquilamente.
El mes de noviembre coincidía en Ituango con los exámenes finales que debían presentar los alumnos y alumnas de liceo Pedro Nel Ospina y de la normal de señoritas Patrocino San José, para poder aprobar el año electivo, lo anterior llevaba a que muchos de los estudiantes utilizaran el mes de noviembre para preparar sus exámenes y ala vez salían por todo el pueblo en las horas de la noche haciendo las veces de animeros.
El día que se iban pedir los padrenuestros, empezaba muy temprano para los alumnos del liceo Pedro Nel Ospina,se terminaban clases alas 5 de la tarde,se iban a casa y después de las 8 de la noche, empezaban a reunirse en la casa de algún compañero, como era víspera de exámenes se llevaba el cuaderno de la materia a presentar,ayi empezaban a repasar y a preparar la prueba del día siguiente, se acostumbraba entre los estudiantes poner una cuota para hacer una merienda,la cual incluía una taza de oloroso chocolate y parva fresca comprada en cuatro esquinas donde Mariela Alvarez,o en el alto de doña chinca en la panadería de los Guerra.
En las primeras horas de la noche se estudiaba, se repasaba y se tomaba chocolate con parva, como en ese tiempo en Ituango no habia luz o esta era muy escasa, se estudiaba ala luz de una vela de cebo;ya a eso de las 11 de la noche, los estudiantes empezaban a dejar sus casas y salían hacia el cementerio local, como era época de invierno lo hacian abrigados en sus ruanas.
En el llamado plan del cementerio se podían juntar unas 50 personas,normalmente el cementerio estaba cerrado, pero detrás de su ancha puerta de dos alas, con solo meter la mano se podía sacar una larga llave de color negro oxidado, con la cual se abría la puerta, la entrada al cementerio contaba con el beneplácito del párroco de la época padre Luis Carlos Jaramillo Arango y de los sepultureros de la época don Amos y después don Miguel Arango, que vivian a un lado del santo lugar.
Al entrar al campo santo se hacia de manera callada y con mucho respeto,se empezaba a recorrer el cementerio de atrás hacia delante, encabezando la ceremonia iba un campanero que tocaba en forma lúgubre y triste su campana de mano, mientras se entonaban padrenuestros y oraciones fúnebres, cuando empezaban a sonar las doce de la noche en el reloj de la iglesia de Santa Bárbara, los estudiantes se arrodillaban y en medio de la oscuridad abrían sus cuadernos de la materia a presentar al día siguiente y con un lápiz se marcaba donde el cuaderno abriera,supuestamente donde el estudiante rallaba hay estaban las preguntas del examen;era tanta la fe con la que se hacia lo anterior, que al otro día en el liceo preguntaban en el examen donde se habia hecho la raya.
Al terminar las doce campanadas, todos salían del cementerio y al unísono de la campana se empezaba a recorrer todo el pueblo en medio de la oscuridad, tocando tres golpes en cada una de las puertas del pueblo “tun,tun,tun,animas del purgatorio quien las pudiera aliviar” y desde adentro de la casa alguien contestaba “que Dios las saque de penas y las lleve a descansar”,entonces el animero decía “Padre Nuestro” y seguía hasta la próxima casa, así se recorría todo el pueblo, sus calles,carreras,se subía hasta el Carmelo, mientras la campana seguía tañendo su lúgubre canto,mientras los animeros seguían recorriendo el pueblo con mucho silencio y devoción, pidiendo un Padre Nuestro por las Animas Benditas.
Una vez terminado el recorrido por todo el pueblo alas dos o tres de la mañana, se volvía a bajar al cementerio a llevar las animas de donde se habían sacado, cuando .los animeros subían al parque del pueblo a eso de las 5 A.M,iban a tomar tinto o aromática al billar de don Millo Zapata, o a los cafés de Rafael Calle o de Pipe Zuluaga que eran los primeros negocios que se brian en el pueblo.
El animero se iba a casa se bañaba, desayunaba y luego se preparaba para presentar el examen final en el liceo Pedro Nel Ospina,pero los estudiantes-animeros iban tranquilos y confiados al examen,pues las animas la noche anterior le habían soplado los puntos del examen.