HISTORIA DE MULAS Y CABALLOS EN ITUANGO
Ituango, municipio alejado de los grandes centros urbanos a finales del Siglo XIX y principio de los años novecientos, tuvo en las mulas y caballos su principal motor de desarrollo.
En los años ochocientos el municipio de Ituango permaneció prácticamente aislado en el departamento de Antioquia; era sólo un pequeño caserío ubicado a la orilla del primer camino que unió a Antioquia con la costa Atlántica, el cual salía de Santa Fe de Antioquia, siguiendo el curso del Río Cauca, hasta llegar a Playa Grande; allí se cogía cuesta arriba para llegar a lo que hoy conocemos como Guacharaquero y se arribaba a Ituango.
En el pequeño caserío (que inicialmente estaba ubicado en Pío Décimo y en esos tiempos se llamaba Fundungo) los viajeros descansaban, esperaban que pasara el invierno, sembraban cultivos de pan coger, para seguir el camino al Río Ituango, La Granja, El Socorro, buscando el Río Sinú, hasta llegar al Puerto de Ayapel.
Estos viajeros se irían convirtiendo en los primeros pobladores de la naciente población de Ituango y fueron ellos los que empezaron a introducir las primeras bestias caballares y mulares, que le darían la prosperidad a estas ricas y fértiles tierras.
Pero sólo a partir de el año de 1886, cuando se inaugura un puente de madera en el sitio de Pescadero, es cuando empiezan a llegar a Ituango gentes de muchas partes de Antioquia, atraídos por la riqueza de sus tierras; este puente lo construyó el ingeniero José Maria Villa, natural de Sopetran, quien estaba recién llegado de los Estados Unidos, donde había participado en la construcción del puente de Brooklin, (que une a Manhatan con New York). La construcción del puente de Pescadero le sirvió a Villa para luego construir el afamado Puente de Occidente en Santa Fe de Antioquia, que lo inmortalizaría.
Al empezar a llegar gran cantidad de gentes, que venían en busca de fortuna, también llegaron con sus bestias, pero ante lo dificultoso de los caminos, no fueron las bestias caballares y mulares las que utilizaron los primeros pobladores de Ituango, para transportar sus productos. Fueron los bueyes, los primeros en trasegar los angostos y fangosos caminos de la región de Ituango, ya que, aunque lentos, tenían más fuerza y las pezuñas por ser más anchas, servían para asentar y abrir los nuevos caminos.
También la rica región de Santa Rita empezaba a poblarse con gentes atraídas por las ricas minas de Sinitavé, abundantes en oro.
Es así como las mulas y caballos, empiezan a ser los principales acompañantes de aquellos hombres ávidos de riqueza y con ilusiones de sacar a los suyos adelante, en estas alejadas pero fértiles tierras.
Ituanguino que se respetara tenía su caballo, su mulita, no importaba si fuera rico o pobre, pero este noble animal no podía faltar en cualquier familia ituanguina, ya fuera en la finca o en el pueblo; de hecho muchas casas eran construidas con su pesebrera incluida, además fueron muchos los ituanguinos que montaron sus pesebreras para prestar el servicio de cuido de caballos y mulas, donde al animal le picaban caña, lo refrescaban con agua revuelta con melaza o panela, lo bañaban y a otros los ponían a estrenar herraduras. De hay el dicho: “Al que quiera más que le piquen caña”.
Para cada dueño su caballo, mula, significaba mucho, de ahí sus cuidados y todos tenían sonoros y agradables nombres, que en muchos casos identificaban a sus dueños.
Quizás de la primera mula que nos habla la historia de Ituango fue la del padre Manuel Salvador Arias, párroco de Ituango entre 1882 y 1916 cuando fallece en territorio Ituanguino.El padre Arias en su mula “Chúcura” sufre un accidente donde pierde su dedo índice, para reemplazarlo se inventó un dedo de plata, que utilizaba siempre que celebraba la Santa Misa y el cual se conserva hoy en la parroquia de Santa Bárbara de Ituango como una reliquia.Otra mula que cruzo los caminos de Ituango en los años 1919 fue la madre Laura que atravesó los montes de Ituango en su fuerte mula “La florez” acompañada de su fiel peón “Efraín”(según nos cuenta el libro sobre su biografía)
Pero recordemos los nombres de mulas, caballos en Ituango y sus propietarios.
En Pascuitá don Eduardo Campuzano tenía su mula “Nieve” y “La Brisa”, don Manuel Bedoya, tenia su mula “La Esterlina”; Horacio Zapata tenía el Caballo “Morocho”, don Pepe Zapata tenía sus mulas “La Malagueña” y “La Siria”; Osvaldo Correa tenía la mula “La Castigadora” también en Pascuitá estaba “La Piragua”, mula preferida de don Nicolás Zapata; Milagros Correa tenía el macho “Monarca”, éste era de color amarillo; Jaime Correa tenía la yegua “María Rosa”; y la mula “Morena”,èsta era una mula “pajarera” (se asustan con facilidad). Iván Correa tenía los caballos “Patas-Agrias”, “El Satélite” y “El Cohete”. También doña Nelly Mira de Correa tenía la mula: “La Cumparsita”.Don Nicolás Zapata tenia una mula de carga llamada “la Pate Lata”,don Aurelio Correa tenia el caballo “El Corrosco” y Felicidad Correa era dueña de el caballo “El Caramelo”.Mario Humberto zapata era dueño del caballo “patras agrias” el mas rapido de pascuita y alrredeores
Las gentes al estar tan familiarizados con estos animales tenían una serie de dichos, relacionados cos sus bestias: “A caballo regalado no se le mira el diente” otros decían: “A burro negro no le busque pelo blanco” para mostrarnos que no debemos de buscar cualidades buenas en lo que es esencialmente malo.
En Santa Rita tampoco podía faltar a sus gentes su bestia; recordemos varios nombres y sus dueños: don Pacho Estrada tenía su mula “Natacha”; Don pacho Calle era dueño de “La Antioqueña”; Bertulfo Granda tenía su mula “Balalaika”; y el caballo “no te engañes”, “La Caleña” era la mula de Luis Alberto Aguirre, y Juan Rafael Builes tenía “La Titina”.Don Miguel Ángel Carvajal de la Camelia, era dueño de la mula “la tarjeta” y Aurelio Granda era dueño la mula Ñata
Recordemos otros dichos que decían las gentes de antes, refiriéndose a sus caballerías:
“Creer en las alegrías del caballo Capón”, se decía para referirse a proyectos irrealizables; “andar en la mula pata y en el caballo jarrete”, era para decir, que fulano andaba a pie.
También había ituanguinos de origen humilde que tenían su caballo o taparo. Jairo Calle de Cuatro Esquinas y apodado Moquillo, tenía la yegua “La Guacharaca”; “Culeco”, residente en El Carmelo, tenía el macho “Gatillo”; Nazareno Uribe, quien por muchos años vendió frutas en la plaza principal de Ituango, tenía su caballo “Ranillas”, en el cual contaba había ido hasta Yarumal en una sola jornada; otro que vendía frutas en la plaza de Ituango los domingos era Julián Jiménez y su infaltable tabaco en la boca; a Julián en Ituango de manera cariñosa le decían La Picuda, tenía este un caballito lleno de gomas al que llamaba “El Palomo”.Efraín Sierra de Cuatro Esquinas tenia la yegua “Tuerta” ”, Liborio Chavarria de la falda del río era dueño del caballo “el chalin”, este caballo era utilizado para pisar el barro en la ladrillera que existió por muchos años en el tejar, también estaba el caballo carga leña de Gabriel Macias y sin olvidar las bestias de “fuetera” en la partida de Peque
Otro que se hizo célebre fue Rafaelito Yotagrí, (dicen que era mohan), este vivía en la Falda del Río, él tenía una yegüita llamada “La Picaflor”, tenía este animalito una particular cualidad: cuando subía la falda del río con carga , daba un paso y se devolvía dos; en los caminos, cuando Rafaelito Yotagrí se encontraba con alguien y lo saludaban ¿Cómo estas Rafaelito?, éste contestaba “aquí al paso de la yegüita”, dicho que se quedó entre las gentes de Ituango de antes, cuando a alguien le preguntaban “¿cómo estas?”, contestaba, “como Rafaelito Yotagrí, al paso de la yegüita” Rafaelito era interprete de la dulzaina, al que no le faltaba en su carriel,(el cual era lleno de todo:dados,oraciones y decían que cargaba la uña de la gran bestia),.Marino Valle hijo de don Lorenzo Valle (este era sastre) tenia su yegua “La Niña”, Mariño no necesitaba cabestro, la yegua lo seguía por donde iba, Marino era famoso porque contestaba con un silbido, un día Don Darío Saldarriaga(alcalde de Ituango a principio de los años setenta) le dijo que votara unos pescados que solía vender en un costal recorriendo las calles del pueblo y Marino contesto con su silbido particular y dijo “fresqueritos señor alcalde” terminando ese día en el calabozo . Don Miguel Bedoya de Pascuita era dueño de la mula “Plateada” y Fernando Calle Araque del Naranjo tenia su mula “La Muñeca”,Toño Ruiz era dueño de la mula “la zampita”
Sigamos recordando nombres de caballos y mulas, lo mismo que a sus dueños:Bernardo Yépez Echeverri(el cura), tenía la mula “La Gitana”,don Miguel Ángel Correa que tenia sus finca en Buena Vista era dueño de una hermosa mula llamada “La Gallinaza”. don Manuel Morales gran arriero Ituanguino era dueño de la mula La Mirla, otro arriero don Carlos Pemberthy de Santa Rita era dueño del macho La Elegancia, don Isidoro Roldan arriero y quien tenia su finca en Las Chambas era dueño de la mula La Alazana de la cual siempre decía: “esta mula es tan buena que si tuviera lengua hablaba”
Pacho Pérez de Quebrada del Medio, era dueño de la mula “La Sombra”
Luis Amador Jaramillo (Conejo) y quien trabajo por muchos años en el Río Ituango, sacando arena,tenia los machos “Pájaro, calzones y Cucaracho”, los cuales eran los encargados de subir el material de playa hasta el pueblo.
Don Evelio Yépez, tenia en su finca de el Zacatín, las mulas: “La Colmillona , La Liebre y la Caricia”,estas mulas eran blancas, don José Mesa San-Pedro, tenía el macho “El Cachaco” en su finca por los lados de Santa Ana. Para Don Miguel Ángel Cardona también de Santa Ana, su mula preferida fue la “platina” y el macho “dinamo”. “el cortao” era el macho de Josesito Arango
Ramiro Jaramillo (Chirrimbas) tenía su caballo “El Indio”.,éste después fue del recordado Javier Piedrahita Orrego.Punto aparte y nuestro recuerdo de Javier Piedrahita Orrego,hombre que a pesar de su dinero se caracterizaba por su humildad y bondad con los necesitados, Javier fue muy amigo de los caballos a los cuales cuidaba y prodigaba toda clase de mimos ,sus caballos tenían sonoros nombres: “el confite”, “cachafaz”, “Caifaz y Ringo” a sus caballos Javier les enseñaba a acostarse,arrodillarse,a que le dieran la mano en señal de saludo y el “confite” decían que sabia bailar pasodoble español, Javier le puso su macho negro el nombre de “ringo” en honor de Ringo Starr baterista de los Béatlles.En Ituango fue macho famoso “el moro” este era un macho “picapaso”,el cual fue arrendado por “chirrimba” y luego lo vendió a don Gustavo Mejia Robles de los Galgos y este a Javier Piedrahita Orrego
Ituanguino que se respetara era buen negociante de bestias,compraba,cambiaba y hasta eran capaz de jugarla a un cari-sello, otros en una jugarreta de dado lo ultimo que jugaban era su bestia. Como anécdota simpática el señor Rubén Darío López, (padre del doctor José Milagros Lopez,exalcalde de Ituango),saco un día a la plaza de Ituango un hermoso caballo a fin de venderlo, Rubén López se enamoro y al ir a comprarlo le pregunto al vendedor si el caballo si era bueno, Rubén le contesto “Este caballo es tan bueno que si tuviera lengua hablaría”,hicieron el negocio y al mes el caballo se murió, resulta que el caballo no tenia lengua,el comprador hizo el reclamo pero Don Rubén Darío le dijo “Yo se lo advertí, recuerde que le dije que si tuviera lengua hablaba”
Don Toño Serna de El Carmelo, tenía su caballo “Palomo”.
Don Aldemar Orrego, quien por muchos años fungió como personero de Ituango y padre de los Orrego Trujillo, tenía la mula “Morena” y don Manuel Trujillo, tenía La mula “Bianca” y don Rafael Trujillo de la trilladora era dueño de la mula Blanca ( famosa por tirar pata), don Javier Duque Pérez (exconcejal de Ituango) era dueño de la mula “Marina” y “la Porronga”
Otro ituanguino al que no le podían faltar sus caballos, mulas, en su finca de El Río, fue a don Germán Duque Pérez, (concejal de Ituango, en varios periodos), don Germán tenia los caballos “Ídolo”, “El Dólar” y “Kaliman”, además de sus mula “La Loba”; en la finca de don Germán ordeñaban y enviaban la leche todos los días al pueblo, el lechero se llamaba Everardo Carvajal y el caballo era “El zambo”. “el corozo” fue otro caballo lechero en la finca de don German Duque, este caballo era famoso por que comía de todo, los muchachos de la época disfrutaban dándole de comer: buñuelos, empanadas, bolis y dicen que hasta papel consumía.
Otro ituanguino que de niño-joven fue lechero era Antonio Zapata Vásquez (Pepe) de La Plazuela; él traía todos los días la leche de Cortaderal, de la finca de don Antonio José Piedrahita, el caballito que servia de lechero se llamaba “Sin Afán”. Pepe vive en Bogota hace varios años, donde administra sus almacenes de electrodomésticos.
Don Diego David, que tenía su finca El Mandarino, antes de llegar a La Granja, tenía su macho “El Indio”; don Humberto Barrera de La Plazuela, tenía su caballo “El Tominejo”,y la mula “Hoster”. Don Marco Tulio Espinal, tenía su caballo “Júpiter”, caballo de paso fino.Don José Yépez de la Candelaria tenia la mula “La Ternura” y la mula “La Zorra” don Kiko Vargas de Cenizas era dueño de la mula “veltianeja” y don Lino Marín era dueño del caballo “el águila”
Roberto Durango, de La Miranda, tenía el macho “Belisario”; don Pepe Tobón, quien tuvo por muchos años su tienda de abarrotes, donde hoy está la conocida heladería El Castillo, tenía su mula “La Morena” y su hijo Bernardo (Rastrojo), la Yegua Pica-Pica.
Otros refranes y dichos referentes a estos nobles animales, son: “Al ojo del amo, engorda el caballo”, “al amigo y al caballo no hay que cansarlos”, para indicar que tanto del amigo como de estos nobles animales no debemos de abusar.
Don Eduardo Jaramillo, que tenía su finca en la falda de El Río, tenía su mula “la Macarena”; José Manuel Restrepo (Jota), de La Granja y muy afiebrado a las bestias caballares, tenía su yegua “Barcarola”; Gilberto Patiño tenía la mula “Quita Sueño”.
Don Jesús Posada, quien vivió por muchos años en el barrio Cuatro Esquina y cabeza de una de las familias más queridas y numerosas de Ituango, tenía el macho “Delirio”; y la mula “la muñeca” se cuenta que llego a salir en ella de su finca en Cenizas y llegar ese mismo día a Yarumal en una sola jornada regreso a Ituango, entre sus hijos, Fabio Posada, tenía su mula “La Nutria” y don Tulio Posada de Cenizas tenía el macho “El Indio”.Don Antonio Piedrahita tenia la mula “Negra”(Era muy brava)
Don Israel Higuita famoso arriero de Ituango y que llego a viajar arriando muchas veces a Medellín, su mulada se componía de doce a catorce mulas, éstas tenían nombres como La Nutría, la Cubana, la Sombra,La Perla, su preferida era La esterlina (Ésta era lo que llamaban una mula “Amedrada” es decir no enflaquecía
Lisandro Úsuga tenía el caballo “Coral”; don Moisés Gómez “El Turco”, dueño de la hacienda Guadual, tenía el macho “Califa”; don Cruz Marín tenía el macho “Ojo de Plata”; Jairo Giraldo era el dueño de el macho “El Espanto”.
Jesús Antonio Espinosa (Suso), personaje muy querido y apreciado en La Granja, le puso a su caballo el nombre de “El Putas”
Tampoco podían faltar los burros o borricos. En Ituango fue famoso el burro del Mono Loaiza, el cual era utilizado para traer leña de Los Galgos. Otro que fue muy popular fue el burro de don Máximo, al cual se le escuchaba rebuznar en la finca del Río. En Ituango cuando una persona se suponía que tenia mucha edad, se le decía “está más viejo que el burro de don Máximo”.
Don Enrique Pino de La Granja fue dueño de la mula “La Muñeca”,Jairo Ochoa Tobon tenia la yegua “Mora , la mula “La Gitana” y la “Mula Negra”.El padre Rafael Muñoz era dueño de la mula “Eloisa”,también recordamos al “Macho de Arturo Ospina”
Don Gerardo Bedoya de Pascuita tenia el caballo “Relicario” muy bueno para carreras, este caballo después fue de Eli Gómez.(éste era coli-mocho)
Don Alfredo Betancourt de Pascuita, tenía la costumbre de poner a sus animales nombres de canciones “La Salerosa, la Engañera y La Malagueña” don Alfredo también fue dueño del macho “Zoilo” muy recordado entre las gentes de Ituango.
Don Aurelio Correa era propietario de la mula “La Pilsen”,don Gabriel Mazo Morales de Montarron era dueño de la mula “Coqueta” y “la Alondra”,don Ernesto Echeverri tenias el caballo “Pabierno” y una mula colorada llamada “La Sombra”,en la “Bramadora” finca de don Ernesto estaba el Burro “Pepe”,del cual se dice que dejo mas de 500 crías en esa región.
Don Carlos Morales el gran constructor de Ituango,era dueño de un caballo amarillo llamado “El Sinzonte”,don Pedro José Piedrahita era dueño del caballo “El Indio”,este era un caballo de raza, Gonzalo Sierra de San Andrés De Cuerquia y quien fue dueño de la heladería Cachipay era propietario de la mula “La Papeleta”. Y el macho “Tote”
Don Eduardo Campuzano tenia la mula “La Veinticinco”
En los años setenta recorrió las empinadas calles de Ituango un coche jalado por un caballo, llamado el caballo cochero de Acuantioquia,pues su propietario era Oscar Higuita empleado de esa empresa
Don Cesar Piedrahita tenia la mula Colorada y la mula mora,era la mejor para el agua,el la metia al rio Ituango y pasaba tranquila,mientra no bajara piedra
Don Jorge cardona tenia la mula “gitana” por que fue comprada a un gitano,esta mula picaba paso que no es comun en la bestia mular,don jorge le ponia al ganado y a las bestias nombres como :la resbalosa,la tetiboliada,la guanábana,la motilona,la polvotriste,la despaciosa……….
El Negro Chica tenía su mula en Peñitas, llamada “La Manchenga”; don Jorge Guisao de La Granja y exconcejal de Ituango, tenía su caballo “Kalimán”.
Don Pacho Zapata de Pená, tenía sus caballos “El Suspiro” y “El Loco”; Oscar Giraldo tenía su caballo “Rasputín”, y Ricardo Henao el caballo “Carechucha”
Debemos de recordar también las bestias de Antonio María Pérez, arriero para los lados de Guacharaquero, La Hundida y Palo Blanco, estás eran famosas por lo flacas y descuidadas , que las mantenía su dueño,(con nombres como la mula Renta y la mula Juventud de Colombia) Lo mismo que las bestias de Cortines, encargadas de cargar la carne del Matadero Municipal (en Chapineros) hasta el parque principal
Alejandro Yépez, qué tenía su finca en Mal Abrigo, tenía el macho “Rucio”; don Nazario Durango, de Bagamienton, tenía el macho “Danubio”, y don Carlos Miguel Arango, de esa misma región, tenía el caballo “Jalisco”, lo mismo que don Franco Giraldo, dueño del caballo “El Inquieto”. En estos últimos tiempos recordamos la mula de Alfredo Mesa Ruiz “La esterlina”.El mono Castrillon era dueño del caballo “Cocuyo” y Julio Enrique Espinal tenia su caballo “El Chupa”.Noelia Ciro educadora muy querida y recordada en Ituango era dueña del caballo “Chagüeto”,su señor padre José Antonio Ciro tenia el caballo “El Indio”.Gustavo Mejia Robles, quién administro varios años la hacienda Los Galgos, fue dueño de la mula “Nutria”
Don “Chucho” Piedrahita que vivía arriba de La plazuela y trabajo con el padre Jaramillo administrando las fincas de la parroquia (EL Establo y EL Recreo) tenia el caballo “Negro” y la mula “Checa”.
La parroquia siempre tuvo sus mulas, para la salida del sacerdote a lugares apartados a celebrar la Santa Misa y a llevar la sagrada Hostia,en tiempos de Luis Carlos Jaramillo Arango, la parroquia tenia las mulas: la Siria, la Algarroba y La Guajira
Don Pacho Ángulo, rico hacendado Ituanguino era dueño de la mula “Cabinera” y la “Medalla”,esta ultima pastaba en la hacienda Guadual, también el macho “platino” era de su propiedad, don Gabriel Muñoz fue de la mula “imperio”
En los Sauces (Mas exactamente en la finca Care-Perro) estaba el Caballo Alazán de Juan Piedrahita, en esa región de los Sauces y Las Arañas fue muy conocido el macho de don Luis Arturo Restrepo,el cual era tuerto, sus gentes recuerdan que éste era un macho “Comunitario” pues se lo prestaban a todo el que lo necesitaba y por lo tanto se amañaba en todas las casas de la vereda ,ya que en todas partes le daban comida.En los Sauces en la finca “Raspa-Dulce” estaba la yegua Marta de los Espinal (Elías-Eulogio)
En el Aro corregimiento de Ituango y bautizado Builopolis en honor del obispo Miguel Ángel Builes,tambien habían sus bestias, recordamos el caballo “Cochise” de don Ricardo Builes (Era un caballo Blanco) ,la parroquia en los tiempos del padre Heriberto Yépez tenia la mula “La Pacha”. Y Gildardo Jaramillo (Galleto),tenia la mula...Venada,..........Don Aurelio Areiza era dueño de la mula “Sonia”......en El Aro estaban los cuidos (Pesebrera) de José Salas que después fue de Juan Lopera y la manga de “Laura” donde se echaban las bestias, éste era de laura Correa.En Santa Ana, Miguel Lopera era dueño de la mula “Ñata”.En El Valle de Toledo don Pacho Abel Roldan tenia la mula “Mora”
Tal vez nos quedan faltando muchos nombres de estos animales y de sus dueños, que ayudaron a construir la grandeza de esta rica región de Ituango, pero quisimos rendir un sincero y sencillo homenaje a estos nobles animales y a sus propietarios
AGRDECEMOS LA COLABORACION DE NUESTROS CIBER.LECTORES QUE NOS ENVIAN NUEVOS NOMBRES DE ESTOS NOBLES ANIMALES QUE HICIERON GRANDE LA HISTORIA DE ITUANGO.........SEGUIMOS ESPERANDO ESE NOMBRE QUE USTED RECUERDA Y SU DUEÑO
TAMBIEN ESTAMOS ESCRIBIENDO LA HISTORIA DE PERROS QUE HICIERON HISTORIA EN ITUANGO Y SUS DUEÑOS
GRACIAS POR LA COLBORACION: heraldodelnorte@hotmail.com
viernes, abril 06, 2007
jueves, abril 05, 2007
NOS ESCRIBEN ...........GRACIAS POR ESAS PALABRAS
hola. carlos mario no te imaginas lo agradable que es para las personas que estamos lejos de ituango encontrar un lugar en el que nos damos cuenta como va nuestro querido mucnicipio, es excelente. y mucho mas maravilloso que seas el candidato para la alcaldia y proximamente el señor alcalde. porque todos los ituanguinos te apoyamos.te felicito por esta excelente pagina.con un gran aprecio.... una ituanguina agradecida.
RECORDAR ES VIVIR
RECORDAR ES VIVIR
POR MARIA FABIOLA MEJIA
DE LA VEREDA CHONTADURO DE ITUANGO
Me permito contarles algo de lo que recuerdo de mi pueblo en 70 años vividos, recuerdo que contaba yo con 12 años cuando mis padres me llevaron a estudiar al pueblo, llegué a vivir a la casa de la finada Ignacia Viílla quien era profesora en la escuela donde hoy es le palacio municipal, está era una construcción toda de tapia con muchas ventanas y sus pisos eran entablados, recuerdo a otras profesoras como Maria Trujillo, Susana Agudelo,Ines Agudelo;luego trasladaron los profesores a una escuela que había arriba del Chispero, hay recuerdo como maestros a Roberto Betancourt y Rafael Araque,entre otros.Recuerdo que cogíamos el agua en cuatro esquinas en una pila que quedaba en ese lugar, había una señora Maria López, qué arriaba mulas, mantenía en la cintura una peinilla siempre colgada, ella también iba allí a llenar sus vasijas de agua y a dar de beber a sus mulas, cómo era tan repelente los muchachos le teníamos fastidio y dejábamos que ella llenara primero sus vasijas, para luego nosotros llenar las nuestras.
Yo estudie con unos profesores que enseñaban mucho, en ese tiempo salía uno graduado de tercero bachillerato, las materias eran ciencias naturales,,botánica,cívica,historia patria, historia sagrada, estudios sociales,geografia,urbanidad,ortografia,geometría y religión,lastima que ya muchas de estas materias hoy ya no existan.
Los domingos nos llevaban a misa en comunidad y a las dos de la tarde las estudiantes teníamos que ir a enseñar religión a niños en lo que se conocía como catecismo.
En La normal estudiábamos con monjas, teníamos dos uniformes, uno para la semana que era de paño azul y blusa crema y el domingo era café, guantes blancos y blusa blanca, además de una boina de color café, la normal de señoritas era donde hoy esta las oficinas de Coonorte,recuerdo a la madre Maria Rosa y a las hermanas Dolores,Josefa,fabiola,Herminia......,los castigos eran rebaja en conducta, retiro del recreo o no podíamos izar bandera, recuerdo que el hospital era en cuatro esquinas donde hoy esta la escuela Emiliana Pérez, esté también era manejado por monjas, los médicos eran muy buenos, en Ituango en ese tiempo había un señor Tullido, llamado Ramonsito,el cual andaba por todo el pueblo arrastrándose.
Recuerdo a médicos muy queridos y famosos como el doctor Garzon,el doctor Aristizabal y el doctor Henao, entré otros.
Finalmente recuerdo que de niños rezábamos con nuestros padres la siguiente oración:
“A Dios que es mi protector yo le rezo noche y mañana, para pedirle a nuestro Señor el pan de cada día , y estar en la compañía de nuestra Virgen Maria.
POR MARIA FABIOLA MEJIA
DE LA VEREDA CHONTADURO DE ITUANGO
Me permito contarles algo de lo que recuerdo de mi pueblo en 70 años vividos, recuerdo que contaba yo con 12 años cuando mis padres me llevaron a estudiar al pueblo, llegué a vivir a la casa de la finada Ignacia Viílla quien era profesora en la escuela donde hoy es le palacio municipal, está era una construcción toda de tapia con muchas ventanas y sus pisos eran entablados, recuerdo a otras profesoras como Maria Trujillo, Susana Agudelo,Ines Agudelo;luego trasladaron los profesores a una escuela que había arriba del Chispero, hay recuerdo como maestros a Roberto Betancourt y Rafael Araque,entre otros.Recuerdo que cogíamos el agua en cuatro esquinas en una pila que quedaba en ese lugar, había una señora Maria López, qué arriaba mulas, mantenía en la cintura una peinilla siempre colgada, ella también iba allí a llenar sus vasijas de agua y a dar de beber a sus mulas, cómo era tan repelente los muchachos le teníamos fastidio y dejábamos que ella llenara primero sus vasijas, para luego nosotros llenar las nuestras.
Yo estudie con unos profesores que enseñaban mucho, en ese tiempo salía uno graduado de tercero bachillerato, las materias eran ciencias naturales,,botánica,cívica,historia patria, historia sagrada, estudios sociales,geografia,urbanidad,ortografia,geometría y religión,lastima que ya muchas de estas materias hoy ya no existan.
Los domingos nos llevaban a misa en comunidad y a las dos de la tarde las estudiantes teníamos que ir a enseñar religión a niños en lo que se conocía como catecismo.
En La normal estudiábamos con monjas, teníamos dos uniformes, uno para la semana que era de paño azul y blusa crema y el domingo era café, guantes blancos y blusa blanca, además de una boina de color café, la normal de señoritas era donde hoy esta las oficinas de Coonorte,recuerdo a la madre Maria Rosa y a las hermanas Dolores,Josefa,fabiola,Herminia......,los castigos eran rebaja en conducta, retiro del recreo o no podíamos izar bandera, recuerdo que el hospital era en cuatro esquinas donde hoy esta la escuela Emiliana Pérez, esté también era manejado por monjas, los médicos eran muy buenos, en Ituango en ese tiempo había un señor Tullido, llamado Ramonsito,el cual andaba por todo el pueblo arrastrándose.
Recuerdo a médicos muy queridos y famosos como el doctor Garzon,el doctor Aristizabal y el doctor Henao, entré otros.
Finalmente recuerdo que de niños rezábamos con nuestros padres la siguiente oración:
“A Dios que es mi protector yo le rezo noche y mañana, para pedirle a nuestro Señor el pan de cada día , y estar en la compañía de nuestra Virgen Maria.
miércoles, abril 04, 2007
USTED SABE POR QUE SE LLAMA LA MATANZA ANTES DE LLEGAR AL VALLE DE TOLEDO?
Andrés de Valdivia. Conquistador español de mediados del siglo XVI.
En 1569 es nombrado por el rey de España gobernador y capitán general de las provincias colombianas de Antioquia, Ituango, Nive y Brenduco.
De carácter exaltado y belicoso, se internó con sus huestes en las vertientes del norte de la Cordillera Central colombiana, y llegó en su exploración hasta la hoya del río Cauca.
Avanzado el siglo XVI, en 1574, cuando don Gaspar de Rodas era gobernador de la provincia colombiana de Antioquia, los guerreros del Cacique Guarcama, de la etnia indígena de los Nutabes, tras feroces combates, dieron muerte a Valdivia y todos sus soldados en una acción todavía hoy, 2007, conocida como La Matanza.
Los indígenas cortaron las cabezas de los españoles y las exhibieron en palos durante un buen tiempo como escarmiento. No obstante, poco después Gaspar de Rodas tomaría represalias y acabaría con los indígenas.
En 1569 es nombrado por el rey de España gobernador y capitán general de las provincias colombianas de Antioquia, Ituango, Nive y Brenduco.
De carácter exaltado y belicoso, se internó con sus huestes en las vertientes del norte de la Cordillera Central colombiana, y llegó en su exploración hasta la hoya del río Cauca.
Avanzado el siglo XVI, en 1574, cuando don Gaspar de Rodas era gobernador de la provincia colombiana de Antioquia, los guerreros del Cacique Guarcama, de la etnia indígena de los Nutabes, tras feroces combates, dieron muerte a Valdivia y todos sus soldados en una acción todavía hoy, 2007, conocida como La Matanza.
Los indígenas cortaron las cabezas de los españoles y las exhibieron en palos durante un buen tiempo como escarmiento. No obstante, poco después Gaspar de Rodas tomaría represalias y acabaría con los indígenas.
ORDENANZA No. 28 DEL 26 DE ABRIL DE 1916
ORDENANZA No. 28
(26 de abril de 1916)
Por la cual se aclara una línea dudosa, limítrofe de los municipios de Ituango y
Peque.
Artículo 1.- Los límites entre los municipios de Ituango y Peque quedarán así: De
la desembocadura del riachuelo "Singo" en el río Cauca, aquél arriba,
hasta donde le cae el riachuelo "Pená, este arriba, hasta la
confluencia del arroyo "La Chiquita", de aquí, siguiendo el filo
principal de "La Ascensión", hasta el alto del mismo nombre; luego un
poco hacia el suroeste, a buscar el nacimiento del arroyo "La
Ascensión, éste aguas abajo, hasta su reunión con el "Portachuelo;
éste abajo, hasta su desembocadura en el río Ituango, éste aguas
abajo, hasta el filo que divide las fincas de Juan A. Piedrahita y
Marco A. Gutiérrez, por este filo arriba, hasta empalmar con el de "La
Esperanza", éste abajo, hasta las confluencias de las quebradas
Santa Isabel y El Oso, de aquí, siguiendo el filo principal que divide
éstas, a La Serranía de "Ayapel". Lo demás como está en la
Ordenanza número 13 de 1915.
Transcrito De Archivo Departamental De Antioquia.
Por la cual se aclara una línea dudosa, limítrofe de los municipios de Ituango y
Peque.
Artículo 1.- Los límites entre los municipios de Ituango y Peque quedarán así: De
la desembocadura del riachuelo "Singo" en el río Cauca, aquél arriba,
hasta donde le cae el riachuelo "Pená, este arriba, hasta la
confluencia del arroyo "La Chiquita", de aquí, siguiendo el filo
principal de "La Ascensión", hasta el alto del mismo nombre; luego un
poco hacia el suroeste, a buscar el nacimiento del arroyo "La
Ascensión, éste aguas abajo, hasta su reunión con el "Portachuelo;
éste abajo, hasta su desembocadura en el río Ituango, éste aguas
abajo, hasta el filo que divide las fincas de Juan A. Piedrahita y
Marco A. Gutiérrez, por este filo arriba, hasta empalmar con el de "La
Esperanza", éste abajo, hasta las confluencias de las quebradas
Santa Isabel y El Oso, de aquí, siguiendo el filo principal que divide
éstas, a La Serranía de "Ayapel". Lo demás como está en la
Ordenanza número 13 de 1915.
Transcrito De Archivo Departamental De Antioquia.
(26 de abril de 1916)
Por la cual se aclara una línea dudosa, limítrofe de los municipios de Ituango y
Peque.
Artículo 1.- Los límites entre los municipios de Ituango y Peque quedarán así: De
la desembocadura del riachuelo "Singo" en el río Cauca, aquél arriba,
hasta donde le cae el riachuelo "Pená, este arriba, hasta la
confluencia del arroyo "La Chiquita", de aquí, siguiendo el filo
principal de "La Ascensión", hasta el alto del mismo nombre; luego un
poco hacia el suroeste, a buscar el nacimiento del arroyo "La
Ascensión, éste aguas abajo, hasta su reunión con el "Portachuelo;
éste abajo, hasta su desembocadura en el río Ituango, éste aguas
abajo, hasta el filo que divide las fincas de Juan A. Piedrahita y
Marco A. Gutiérrez, por este filo arriba, hasta empalmar con el de "La
Esperanza", éste abajo, hasta las confluencias de las quebradas
Santa Isabel y El Oso, de aquí, siguiendo el filo principal que divide
éstas, a La Serranía de "Ayapel". Lo demás como está en la
Ordenanza número 13 de 1915.
Transcrito De Archivo Departamental De Antioquia.
Por la cual se aclara una línea dudosa, limítrofe de los municipios de Ituango y
Peque.
Artículo 1.- Los límites entre los municipios de Ituango y Peque quedarán así: De
la desembocadura del riachuelo "Singo" en el río Cauca, aquél arriba,
hasta donde le cae el riachuelo "Pená, este arriba, hasta la
confluencia del arroyo "La Chiquita", de aquí, siguiendo el filo
principal de "La Ascensión", hasta el alto del mismo nombre; luego un
poco hacia el suroeste, a buscar el nacimiento del arroyo "La
Ascensión, éste aguas abajo, hasta su reunión con el "Portachuelo;
éste abajo, hasta su desembocadura en el río Ituango, éste aguas
abajo, hasta el filo que divide las fincas de Juan A. Piedrahita y
Marco A. Gutiérrez, por este filo arriba, hasta empalmar con el de "La
Esperanza", éste abajo, hasta las confluencias de las quebradas
Santa Isabel y El Oso, de aquí, siguiendo el filo principal que divide
éstas, a La Serranía de "Ayapel". Lo demás como está en la
Ordenanza número 13 de 1915.
Transcrito De Archivo Departamental De Antioquia.
RECUERDOS DE SEMANA SANTA EN ITUANGO.
Para hacer mis recuerdos de semana santa en Ituango,debo decir que el párroco era el recordado Luis Carlos Jaramillo Arango y como cuajutor es estaban los padres Gerardo Patiño (monseñor) y Arbelaez,empezaba la Semana Santa desde el sábado víspera de el domingo de ramos con la llegada de cientos de ramos (palma de cera) que traían de los lados de Peque-Pena y Portachuelo, los vendedores de ramos se ubicaban en las escalas de el antiguo atrio parroquial desde el sábado a medio día, allí acudían los Ituanguinos a comprar sus ramos para la procesión del día siguiente: domingo de ramos;normalmente el vendedor encimaba al comprador de le ramo una canastita o una cruz hechas de la misma palma de cera.
El domingo la procesión de ramos empezaba en cuatro esquinas a las diez de la mañana, encabezada por el Señor montado en su asno o borrico, acompañándolo iban la Virgen Maria, María Magdalena, San Juan y San Pedro entre otras imágenes, las cuales iban elegantemente vestidas con coloridos vestidos recién aplanchados y con olor a naftalina; a lado y lado iban los apóstoles de carne y hueso, niños de la escuela Antonio J Araque que previa selección eran vestidos con mantas y sandalias a la usanza de la época , su misión era asistir a todas las procesiones, para los niños de la época era todo un honor salir seleccionado como apóstol,las encargadas de escoger Alos niños apóstoles eran la profesora Ofelia Restrepo y las señoritas Cárdenas, que vivían en una espaciosa casa en la carrera Ruiz debajo de la calle Santa Bárbara, bajando a mano derecha, allí en esta casa los apóstoles se vestían y salían en ordenada fila hacia la iglesia principal de Ituango,las señoritas Cárdenas eran muy conocidas en el pueblo porque en el solar de su casa cultivaban mangos,zapotes,mandarinas,los cuales vendían a los muchachos cuando iban hacia la escuela, además la señoritas Cárdenas ayudaban en la iglesia antes de cada procesión vistiendo y arreglando los santos, igual que la señorita Mariela Palacio
Estábamos pues iniciando la procesión de ramos en 4 esquinas, animando esta iba la banda de música de la parroquia, la cual un tiempo fue dirigida por don Antonio Tamayo,el cual también fue corista de la parroquia, cuando don Antonio murió lo reemplazo en la dirección el maestro Evelio Ruiz Guzmán, entre los músicos de la época se recuerda a Milo Alzate de Pena y quien tocaba el clarinete, Juan Antonio Gonzáles que tocaba la caja,su hijo Ramiro tocaba trombón, otros músicos eran:Miguel Morales, José Guzmán; Román Monsalve (tomate),Humberto Ruiz,Julio Areiza,Pablito Usuga,después de el maestro Evelio llego a dirigir la banda el profesor Mario Ortega Lopera y llegaron otros músicos como Manuel Hernán Usuga,Sigifredo Ruiz, José Gilberto Ruiz, Guillermo Cardona(Pinocho),esta banda era financiada por la parroquia, pero especialmente por el padre Luis Carlos Jaramillo, la banda parroquial ensayaba todos los días en la calle Ituango, atrás de la iglesia en un local propiedad de la parroquia y que se conocía como la pieza de la parroquia.
la procesión era , presidida majestuosamente por monseñor Luis Carlos Jaramillo Arango, mientras que la muchedumbre con sus ramos alzados, batían fuertemente las palmas, sintiéndose en el ambiente un ligero rumor de selva y un verde intenso mientras la banda parroquial entonaba alegres piezas musicales..
Llegaba la procesión al templo principal de Ituango por hay a las 12 de el día, allí habia misa solemne y se bendecían los ramos, estás palmas eran llevadas por los Ituanguinos a sus casas, fincas y eran guardadas debajo de los colchones, para ser utilizados, cuándo habia tempestades, entonces estos ramos ya secos eran sacado y quemados invocando por que la tempestad se calmara, era tanta la fe que la tempestad se calmaba en el momento.
Durante todos los días de semana santa a las 12 de el día y a las 6 de la tarde se tiraban voladores, estos eran lanzados por Toño López y Suso Gil, otra persona que era muy importante en semana santa era el sacristán ,en esa época fungía esas funciones Pedro Jaramillo, conocido en Ituango,cariñosamente como Pedro Brincos..
El lunes, martes y miércoles santo, alas 5 de la tarde se hacia un vía crucis alrededor de el parque principal de Ituango, pero el miércoles Santo las gentes de Ituango llevaban a ese Vía cruz grandes y pesadas cruces de madera, los cuales cargaban en sus hombros en recuerdo de la pasión de le Señor y como penitencia ; normalmente la gente comentaba a ver quien llevaba
la cruz mas grande y la mas pesada, a esta ceremonia asistían cientos de Ituanguinos con sus cruces.
En estos días santos los sacerdotes de la parroquia no daban abasto confesando feligreses, en el templo de Santa Bárbara se veían largas filas hasta altas horas de la noche de gentes que buscaban un espacio para confesarse.
El jueves Santo en las horas de la tarde, era la misa de la ultima cena, a los niños apóstoles les lavaban sus pies en recuerdo del lavatorio que el Señor hizo a sus discípulos, luego se comía pan y se tomaba vino en memoria de la ultima cena.
En las horas de la noche a eso de las 9 se hacia la procesión de el
Prendimiento, esta se iniciaba en Peñitas a todo el frente donde hoy esta el coliseo, donde antes fue la casa de don José Maria Betancourt y el cuido de don Alberto Bustamante, las gentes llevaban faroles y teas encendidas, en recuerdo de el momento en que Jesús es entregado por Judas Iscariote , la ceremonia terminaba a eso de las 11 de la noche en el templo parroquial..
El viernes Santo a las diez de la mañana, se iniciaba la procesión del vía crucis en 4 esquinas, los pasos eran cargados por los llamados penitentes, los cuales vestían trajes morados, que tapaban incluso su cara, se recuerda a penitentes como Miguel Posada, Cesar Porras, Darío Álvarez (parra) José Tamayo (arimatea), José Jaramillo,Nevio Jaramillo, Miguel Marín, Gilberto y Humberto Ruiz, entre otros, ser penitente era todo un honor.
Se iniciaba el Santo vía cruz en medio de un calor insoportable, que hacia mas ceremoniosa la procesión, se arrancaba en cuatro esquinas se boteaba ala derecha en la calle Arias,en cada esquina se hacia una estación y el padre Jaramillo sacaba a relucir su s dotes de gran orador, con hermosas palabras recordando el sufrimiento de el Señor.Seguia por la calle Arias en la carrera Ruiz Volteaba ala derecha, aquí en esta esquina se aprovechaba la estación donde el señor es ayudado por el cirineo a cargar su cruz, para subir al paso un cirineo de carne y hueso, hacía de cirineo Rodrigo Orrego Palacio, se subía por la carrera Ruiz, se volteaba en la calle..Berrio...... a llegar a la casa de don Roberto Jaramillo , se volteaba ala derecha a coger la carrera jordán , hasta llegar a la calle Santa Bárbara donde antes funciono el estanco, de aquí se llegaba al atrio de el templo parroquial entrando por lo que antes se llamo la calle católica, hoy conocida como peatonal.
En las horas de la tarde era el sermón de las 7 palabras, normalmente en la tarde se largaba un aguacero para refrescar el sofoco de las horas de el medio día, como premio a los cientos de feligreses que pedían una agüita para refrescar la calurosa tarde.
Los días jueves, viernes y sábados no se escuchaba música en ituango, los negocios ponían música suave (orquestada) y no vendían licor alguno, en el más profundo respeto.
El viernes en la noche era la procesión de el Santo Sepulcro, llamada también la procesión de los hombres, estos llevaban un cirio encendido, qué se compraba en la casa cural o en el almacén parroquial de la señorita Amanda Agudelo, donde hoy esta el almacén de doña Rubí.
La procesión se hacia en completo orden se arrancaba en fila india por la calle peatonal calle Santa Bárbara), hasta el antiguo estanco se subía a peñitas, aquí se cogía la calle Ituango,hasta el taller de don Arnulfo Calle,se bajaba por la cárcel al el barrio 4 esquinas y de hay hasta el antiguo hospital, donde hoy esta la Emiliana Pérez, allí en la capilla se organizaba el santo sepulcro, era tanta la gente que cuando los primeros iban llegando a 4 esquinas,en el atrio de la iglesia apenas iba saliendo el cortejo fúnebre.
Allí en el cortejo fúnebre las damas elegantemente vestidas de negro incluido guantes y manto, unas llevaban flores en finos charoles de plata, otras incienso encendido, la banda parroquial entonaba marchas fúnebres, ( hacia el pretorio) , el honorable concejo municipal y los funcionarios mas importantes de la alcaldía desfilaban con elegantes trajes negros de saco y corbata , la policía marchaba elegantemente haciendo guardia de honor al cortejo, como la luz de Ituango en la época era muy escasa, se llevaban unas lámparas de caperuza izadas en unas varas largas de guadua, las cuales con su reflejo daban unas luces de color lúgubre que hacia la ceremonia mas imponente,el Señor era dejado en el Santo Sepulcro en 4 esquinas y la procesión regresaba a la iglesia.
Como el Señor estaba “muerto” no se tocaban campanas en señal de duuelo solo se tocaba en todas las esquinas de le pueblo la matraca que era una caja de madera de color negro forrada en cuero y que a los lados tenia unas aldabas de metal, que al agitarla con las manos hacían tremendo ruido.
El Santo Sepulcro permanecía abierto toda la noche y las familias Ituanguinas se turnaban para que toda la noche hubiera gente haciéndole compañía al Señor,lo cierto es que la capilla permanecía llena toda la noche incluido el sábado, además, de que la policía nacional prestaba sus hombres toda la noche para hacer guardia de honor.
El sábado era la procesión de la soledad, la cual hacia el mismo recorrido de la del santo sepulcro, pero a esta solo iban las mujeres con riguroso negro, manto en señal de duelo, estas llevaban sus cirios encendidos, adelante iba la virgen dolorosa siempre acompañados de la banda de música parroquial.
Después de las 11 y media de la noche en la iglesia, principal se daba inicio ala misa de resurrección, la cual era muy concurrida y terminaba el domingo al amanecer.
El domingo a las 10 y media se iniciaba la procesión de resurrección en 4 esquinas, con gran asistencia de fieles, era una ceremonia muy alegre, encabezada por el señor resucitado, que daba la impresión como si estuviera bailando al son de la música que interpretaba la banda parroquial, que entonaba alegres pasodobles como Zacatecas y España mi bella España.
Terminada la semana santa, las gentes volvían a sus veredas, a sus fincas después de haber estado toda la semana en el pueblo, lo mas seguro es que hubiese estrenado de pies a cabeza con un lindo vestido comprado en el almacén de Elías Orrego,o en el almacén Popular de Benjamín Gutiérrez, o tal vez en el almacén amistad de Antonio Trujillo, por que eso si era casi obligatorio estrenar en Semana Santa en ituango,también la Semana Santa era aprovecha por muchos para degustar las ricas crispetas y los refrescantes conos que vendía don Libardo zapata en la plaza de Ituango,productos que en la época eran toda una novedad .
Todo volvía a la normalidad, pero eso si la Semana Santa en Ituango era toda una fiesta de devoción y recogimiento que ningún Ituanguino se podía perder.Como han cambiado los tiempos.
Para hacer mis recuerdos de semana santa en Ituango,debo decir que el párroco era el recordado Luis Carlos Jaramillo Arango y como cuajutor es estaban los padres Gerardo Patiño (monseñor) y Arbelaez,empezaba la Semana Santa desde el sábado víspera de el domingo de ramos con la llegada de cientos de ramos (palma de cera) que traían de los lados de Peque-Pena y Portachuelo, los vendedores de ramos se ubicaban en las escalas de el antiguo atrio parroquial desde el sábado a medio día, allí acudían los Ituanguinos a comprar sus ramos para la procesión del día siguiente: domingo de ramos;normalmente el vendedor encimaba al comprador de le ramo una canastita o una cruz hechas de la misma palma de cera.
El domingo la procesión de ramos empezaba en cuatro esquinas a las diez de la mañana, encabezada por el Señor montado en su asno o borrico, acompañándolo iban la Virgen Maria, María Magdalena, San Juan y San Pedro entre otras imágenes, las cuales iban elegantemente vestidas con coloridos vestidos recién aplanchados y con olor a naftalina; a lado y lado iban los apóstoles de carne y hueso, niños de la escuela Antonio J Araque que previa selección eran vestidos con mantas y sandalias a la usanza de la época , su misión era asistir a todas las procesiones, para los niños de la época era todo un honor salir seleccionado como apóstol,las encargadas de escoger Alos niños apóstoles eran la profesora Ofelia Restrepo y las señoritas Cárdenas, que vivían en una espaciosa casa en la carrera Ruiz debajo de la calle Santa Bárbara, bajando a mano derecha, allí en esta casa los apóstoles se vestían y salían en ordenada fila hacia la iglesia principal de Ituango,las señoritas Cárdenas eran muy conocidas en el pueblo porque en el solar de su casa cultivaban mangos,zapotes,mandarinas,los cuales vendían a los muchachos cuando iban hacia la escuela, además la señoritas Cárdenas ayudaban en la iglesia antes de cada procesión vistiendo y arreglando los santos, igual que la señorita Mariela Palacio
Estábamos pues iniciando la procesión de ramos en 4 esquinas, animando esta iba la banda de música de la parroquia, la cual un tiempo fue dirigida por don Antonio Tamayo,el cual también fue corista de la parroquia, cuando don Antonio murió lo reemplazo en la dirección el maestro Evelio Ruiz Guzmán, entre los músicos de la época se recuerda a Milo Alzate de Pena y quien tocaba el clarinete, Juan Antonio Gonzáles que tocaba la caja,su hijo Ramiro tocaba trombón, otros músicos eran:Miguel Morales, José Guzmán; Román Monsalve (tomate),Humberto Ruiz,Julio Areiza,Pablito Usuga,después de el maestro Evelio llego a dirigir la banda el profesor Mario Ortega Lopera y llegaron otros músicos como Manuel Hernán Usuga,Sigifredo Ruiz, José Gilberto Ruiz, Guillermo Cardona(Pinocho),esta banda era financiada por la parroquia, pero especialmente por el padre Luis Carlos Jaramillo, la banda parroquial ensayaba todos los días en la calle Ituango, atrás de la iglesia en un local propiedad de la parroquia y que se conocía como la pieza de la parroquia.
la procesión era , presidida majestuosamente por monseñor Luis Carlos Jaramillo Arango, mientras que la muchedumbre con sus ramos alzados, batían fuertemente las palmas, sintiéndose en el ambiente un ligero rumor de selva y un verde intenso mientras la banda parroquial entonaba alegres piezas musicales..
Llegaba la procesión al templo principal de Ituango por hay a las 12 de el día, allí habia misa solemne y se bendecían los ramos, estás palmas eran llevadas por los Ituanguinos a sus casas, fincas y eran guardadas debajo de los colchones, para ser utilizados, cuándo habia tempestades, entonces estos ramos ya secos eran sacado y quemados invocando por que la tempestad se calmara, era tanta la fe que la tempestad se calmaba en el momento.
Durante todos los días de semana santa a las 12 de el día y a las 6 de la tarde se tiraban voladores, estos eran lanzados por Toño López y Suso Gil, otra persona que era muy importante en semana santa era el sacristán ,en esa época fungía esas funciones Pedro Jaramillo, conocido en Ituango,cariñosamente como Pedro Brincos..
El lunes, martes y miércoles santo, alas 5 de la tarde se hacia un vía crucis alrededor de el parque principal de Ituango, pero el miércoles Santo las gentes de Ituango llevaban a ese Vía cruz grandes y pesadas cruces de madera, los cuales cargaban en sus hombros en recuerdo de la pasión de le Señor y como penitencia ; normalmente la gente comentaba a ver quien llevaba
la cruz mas grande y la mas pesada, a esta ceremonia asistían cientos de Ituanguinos con sus cruces.
En estos días santos los sacerdotes de la parroquia no daban abasto confesando feligreses, en el templo de Santa Bárbara se veían largas filas hasta altas horas de la noche de gentes que buscaban un espacio para confesarse.
El jueves Santo en las horas de la tarde, era la misa de la ultima cena, a los niños apóstoles les lavaban sus pies en recuerdo del lavatorio que el Señor hizo a sus discípulos, luego se comía pan y se tomaba vino en memoria de la ultima cena.
En las horas de la noche a eso de las 9 se hacia la procesión de el
Prendimiento, esta se iniciaba en Peñitas a todo el frente donde hoy esta el coliseo, donde antes fue la casa de don José Maria Betancourt y el cuido de don Alberto Bustamante, las gentes llevaban faroles y teas encendidas, en recuerdo de el momento en que Jesús es entregado por Judas Iscariote , la ceremonia terminaba a eso de las 11 de la noche en el templo parroquial..
El viernes Santo a las diez de la mañana, se iniciaba la procesión del vía crucis en 4 esquinas, los pasos eran cargados por los llamados penitentes, los cuales vestían trajes morados, que tapaban incluso su cara, se recuerda a penitentes como Miguel Posada, Cesar Porras, Darío Álvarez (parra) José Tamayo (arimatea), José Jaramillo,Nevio Jaramillo, Miguel Marín, Gilberto y Humberto Ruiz, entre otros, ser penitente era todo un honor.
Se iniciaba el Santo vía cruz en medio de un calor insoportable, que hacia mas ceremoniosa la procesión, se arrancaba en cuatro esquinas se boteaba ala derecha en la calle Arias,en cada esquina se hacia una estación y el padre Jaramillo sacaba a relucir su s dotes de gran orador, con hermosas palabras recordando el sufrimiento de el Señor.Seguia por la calle Arias en la carrera Ruiz Volteaba ala derecha, aquí en esta esquina se aprovechaba la estación donde el señor es ayudado por el cirineo a cargar su cruz, para subir al paso un cirineo de carne y hueso, hacía de cirineo Rodrigo Orrego Palacio, se subía por la carrera Ruiz, se volteaba en la calle..Berrio...... a llegar a la casa de don Roberto Jaramillo , se volteaba ala derecha a coger la carrera jordán , hasta llegar a la calle Santa Bárbara donde antes funciono el estanco, de aquí se llegaba al atrio de el templo parroquial entrando por lo que antes se llamo la calle católica, hoy conocida como peatonal.
En las horas de la tarde era el sermón de las 7 palabras, normalmente en la tarde se largaba un aguacero para refrescar el sofoco de las horas de el medio día, como premio a los cientos de feligreses que pedían una agüita para refrescar la calurosa tarde.
Los días jueves, viernes y sábados no se escuchaba música en ituango, los negocios ponían música suave (orquestada) y no vendían licor alguno, en el más profundo respeto.
El viernes en la noche era la procesión de el Santo Sepulcro, llamada también la procesión de los hombres, estos llevaban un cirio encendido, qué se compraba en la casa cural o en el almacén parroquial de la señorita Amanda Agudelo, donde hoy esta el almacén de doña Rubí.
La procesión se hacia en completo orden se arrancaba en fila india por la calle peatonal calle Santa Bárbara), hasta el antiguo estanco se subía a peñitas, aquí se cogía la calle Ituango,hasta el taller de don Arnulfo Calle,se bajaba por la cárcel al el barrio 4 esquinas y de hay hasta el antiguo hospital, donde hoy esta la Emiliana Pérez, allí en la capilla se organizaba el santo sepulcro, era tanta la gente que cuando los primeros iban llegando a 4 esquinas,en el atrio de la iglesia apenas iba saliendo el cortejo fúnebre.
Allí en el cortejo fúnebre las damas elegantemente vestidas de negro incluido guantes y manto, unas llevaban flores en finos charoles de plata, otras incienso encendido, la banda parroquial entonaba marchas fúnebres, ( hacia el pretorio) , el honorable concejo municipal y los funcionarios mas importantes de la alcaldía desfilaban con elegantes trajes negros de saco y corbata , la policía marchaba elegantemente haciendo guardia de honor al cortejo, como la luz de Ituango en la época era muy escasa, se llevaban unas lámparas de caperuza izadas en unas varas largas de guadua, las cuales con su reflejo daban unas luces de color lúgubre que hacia la ceremonia mas imponente,el Señor era dejado en el Santo Sepulcro en 4 esquinas y la procesión regresaba a la iglesia.
Como el Señor estaba “muerto” no se tocaban campanas en señal de duuelo solo se tocaba en todas las esquinas de le pueblo la matraca que era una caja de madera de color negro forrada en cuero y que a los lados tenia unas aldabas de metal, que al agitarla con las manos hacían tremendo ruido.
El Santo Sepulcro permanecía abierto toda la noche y las familias Ituanguinas se turnaban para que toda la noche hubiera gente haciéndole compañía al Señor,lo cierto es que la capilla permanecía llena toda la noche incluido el sábado, además, de que la policía nacional prestaba sus hombres toda la noche para hacer guardia de honor.
El sábado era la procesión de la soledad, la cual hacia el mismo recorrido de la del santo sepulcro, pero a esta solo iban las mujeres con riguroso negro, manto en señal de duelo, estas llevaban sus cirios encendidos, adelante iba la virgen dolorosa siempre acompañados de la banda de música parroquial.
Después de las 11 y media de la noche en la iglesia, principal se daba inicio ala misa de resurrección, la cual era muy concurrida y terminaba el domingo al amanecer.
El domingo a las 10 y media se iniciaba la procesión de resurrección en 4 esquinas, con gran asistencia de fieles, era una ceremonia muy alegre, encabezada por el señor resucitado, que daba la impresión como si estuviera bailando al son de la música que interpretaba la banda parroquial, que entonaba alegres pasodobles como Zacatecas y España mi bella España.
Terminada la semana santa, las gentes volvían a sus veredas, a sus fincas después de haber estado toda la semana en el pueblo, lo mas seguro es que hubiese estrenado de pies a cabeza con un lindo vestido comprado en el almacén de Elías Orrego,o en el almacén Popular de Benjamín Gutiérrez, o tal vez en el almacén amistad de Antonio Trujillo, por que eso si era casi obligatorio estrenar en Semana Santa en ituango,también la Semana Santa era aprovecha por muchos para degustar las ricas crispetas y los refrescantes conos que vendía don Libardo zapata en la plaza de Ituango,productos que en la época eran toda una novedad .
Todo volvía a la normalidad, pero eso si la Semana Santa en Ituango era toda una fiesta de devoción y recogimiento que ningún Ituanguino se podía perder.Como han cambiado los tiempos.
martes, abril 03, 2007
HISTORIA DE MULAS....CABALLOS EN ITUANGO (PRIMERA PARTE
HISTORIA DE MULAS Y CABALLOS EN ITUANGO
Ituango, municipio alejado de los grandes centros urbanos a finales del Siglo XIX y principio de los años novecientos, tuvo en las mulas y caballos su principal motor de desarrollo. Las primeras bestias caballares la entraron a territorio Ituanguino los españoles Frasco Cesar y Juan Badillo que partiendo de Santa Maria La Antigua del Darien en el Uraba, llegaron a territorio Ituanguino donde encontraron gran cantidad de oro, lo anterior ocurrió en los años 1537 y 1538, en esos viajes tanto Cesar como Badillo venían acompañados de sus caballos, los cuales al ser visto por los indígenas generaban pánico y por supuesto huían, en el año de 1569 arriba a territorio Ituanguino don Gaspar de Rodas el cual también llega con sus caballos y el 10 de septiembre de 1570 funda la ciudad de San Juan De Rodas como ha dos leguas del río Cauca y cerca de la actual población de Ituango, según lo cuenta el cronista Español Cieza de León, de tal manera que el caballo ha estado en tierras Ituanguinas desde la conquista Española.
En los años ochocientos el municipio de Ituango permaneció prácticamente aislado en el departamento de Antioquia; era sólo un pequeño caserío ubicado a la orilla del primer camino que unió a Antioquia con la costa Atlántica, el cual salía de Santa Fe de Antioquia, siguiendo el curso del Río Cauca, hasta llegar a Playa Grande; allí se cogía cuesta arriba para llegar a lo que hoy conocemos como Guacharaquero y se arribaba a Ituango.
En el pequeño caserío (que inicialmente estaba ubicado en Pío Décimo y en esos tiempos se llamaba Fundungo) los viajeros descansaban, esperaban que pasara el invierno, sembraban cultivos de pan coger, para seguir el camino al Río Ituango, La Granja, El Socorro, buscando el Río Sinú, hasta llegar al Puerto de Ayapel.
Estos viajeros se irían convirtiendo en los primeros pobladores de la naciente población de Ituango y fueron ellos los que empezaron a introducir bestias caballares y mulares, que le darían la prosperidad a estas ricas y fértiles tierras.
Pero sólo a partir de el año de 1886, cuando se inaugura un puente de madera en el sitio de Pescadero, es cuando empiezan a llegar a Ituango gentes de muchas partes de Antioquia, atraídos por la riqueza de sus tierras; este puente lo construyó el ingeniero José Maria Villa, natural de Sopetran, quien estaba recién llegado de los Estados Unidos, donde había participado en la construcción del puente de Brooklin, (que une a Manhatan con New York). La construcción del puente de Pescadero le sirvió a Villa para luego construir el afamado Puente de Occidente en Santa Fe de Antioquia, que lo inmortalizaría.
Al empezar a llegar gran cantidad de gentes, que venían en busca de fortuna, también llegaron con sus bestias, pero ante lo dificultoso de los caminos, no fueron las bestias caballares y mulares las que utilizaron los primeros pobladores de Ituango, para transportar sus productos. Fueron los bueyes, los primeros en trasegar los angostos y fangosos caminos de la región de Ituango, ya que, aunque lentos, tenían más fuerza y las pezuñas por ser más anchas, servían para asentar y abrir los nuevos caminos.
También la rica región de Santa Rita empezaba a poblarse con gentes atraídas por las ricas minas de Sinitavé, abundantes en oro.
Es así como las mulas y caballos, empiezan a ser los principales acompañantes de aquellos hombres ávidos de riqueza y con ilusiones de sacar a los suyos adelante, en estas alejadas pero fértiles tierras.
Ituanguino que se respetara tenía su caballo, su mulita, no importaba si fuera rico o pobre, pero este noble animal no podía faltar en cualquier familia ituanguina, ya fuera en la finca o en el pueblo; de hecho muchas casas del pueblo eran construidas con su pesebrera incluida, además fueron muchos los ituanguinos que montaron sus pesebreras para prestar el servicio de cuido de caballos y mulas, donde al animal le picaban caña, lo refrescaban con agua revuelta con melaza o panela, lo bañaban y a otros los ponían a estrenar herraduras. De hay el dicho: “Al que quiera más que le piquen caña”.
Para cada dueño su caballo, mula, significaba mucho, de ahí sus cuidados y todos tenían sonoros y agradables nombres, que en muchos casos identificaban a sus dueños.
Quizás de la primera mula que nos habla la historia de Ituango fue la del padre Manuel Salvador Arias, párroco de Ituango entre 1882 y 1916 cuando fallece en territorio Ituanguino.El padre Arias en su mula “Chúcura” sufre un accidente donde pierde su dedo índice, para reemplazarlo se inventó un dedo de plata, que utilizaba siempre que celebraba la Santa Misa y el cual se conserva hoy en la parroquia de Santa Bárbara de Ituango como una reliquia. Otra mula que cruzo los caminos de Ituango en los años 1919 fue la de la madre Laura, que atravesó los montes de Ituango en su fuerte mula “La florez” acompañada de su fiel peón “Efraín” (según nos cuenta el libro sobre su biografía)
Pero recordemos los nombres de mulas, caballos en Ituango y sus propietarios.
En Pascuitá don Eduardo Campuzano tenía su mula “Nieve” y “La Brisa”, don Manuel Bedoya, tenia su mula “La Esterlina”; Horacio Zapata tenía el Caballo “Morocho”, don Pepe Zapata tenía sus mulas “La Malagueña” y “La Siria”; Osvaldo Correa tenía la mula “La Castigadora” también en Pascuitá estaba “La Piragua”, mula preferida de don Nicolás Zapata; Milagros Correa tenía el macho “Monarca”, éste era de color amarillo; Jaime Correa tenía la yegua “María Rosa”; y la mula “Morena”, ésta era una mula “pajarera” (se asustan con facilidad). Iván Correa tenía los caballos “Patas-Agrias”, “El Satélite” y “El Cohete”. También doña Nelly Mira de Correa tenía la mula: “La Cumparsita”.Don Nicolás Zapata tenia una mula de carga llamada “la Pate Lata”, don Aurelio Correa tenia el caballo “El Corrosco” y Felicidad Correa era dueña de el caballo “El Caramelo”
Las gentes al estar tan familiarizados con estos animales tenían una serie de dichos, relacionados cos sus bestias: “A caballo regalado no se le mira el diente” otros decían: “A burro negro no le busque pelo blanco” para mostrarnos que no debemos de buscar cualidades buenas en lo que es esencialmente malo............CONTINUA
Ituango, municipio alejado de los grandes centros urbanos a finales del Siglo XIX y principio de los años novecientos, tuvo en las mulas y caballos su principal motor de desarrollo. Las primeras bestias caballares la entraron a territorio Ituanguino los españoles Frasco Cesar y Juan Badillo que partiendo de Santa Maria La Antigua del Darien en el Uraba, llegaron a territorio Ituanguino donde encontraron gran cantidad de oro, lo anterior ocurrió en los años 1537 y 1538, en esos viajes tanto Cesar como Badillo venían acompañados de sus caballos, los cuales al ser visto por los indígenas generaban pánico y por supuesto huían, en el año de 1569 arriba a territorio Ituanguino don Gaspar de Rodas el cual también llega con sus caballos y el 10 de septiembre de 1570 funda la ciudad de San Juan De Rodas como ha dos leguas del río Cauca y cerca de la actual población de Ituango, según lo cuenta el cronista Español Cieza de León, de tal manera que el caballo ha estado en tierras Ituanguinas desde la conquista Española.
En los años ochocientos el municipio de Ituango permaneció prácticamente aislado en el departamento de Antioquia; era sólo un pequeño caserío ubicado a la orilla del primer camino que unió a Antioquia con la costa Atlántica, el cual salía de Santa Fe de Antioquia, siguiendo el curso del Río Cauca, hasta llegar a Playa Grande; allí se cogía cuesta arriba para llegar a lo que hoy conocemos como Guacharaquero y se arribaba a Ituango.
En el pequeño caserío (que inicialmente estaba ubicado en Pío Décimo y en esos tiempos se llamaba Fundungo) los viajeros descansaban, esperaban que pasara el invierno, sembraban cultivos de pan coger, para seguir el camino al Río Ituango, La Granja, El Socorro, buscando el Río Sinú, hasta llegar al Puerto de Ayapel.
Estos viajeros se irían convirtiendo en los primeros pobladores de la naciente población de Ituango y fueron ellos los que empezaron a introducir bestias caballares y mulares, que le darían la prosperidad a estas ricas y fértiles tierras.
Pero sólo a partir de el año de 1886, cuando se inaugura un puente de madera en el sitio de Pescadero, es cuando empiezan a llegar a Ituango gentes de muchas partes de Antioquia, atraídos por la riqueza de sus tierras; este puente lo construyó el ingeniero José Maria Villa, natural de Sopetran, quien estaba recién llegado de los Estados Unidos, donde había participado en la construcción del puente de Brooklin, (que une a Manhatan con New York). La construcción del puente de Pescadero le sirvió a Villa para luego construir el afamado Puente de Occidente en Santa Fe de Antioquia, que lo inmortalizaría.
Al empezar a llegar gran cantidad de gentes, que venían en busca de fortuna, también llegaron con sus bestias, pero ante lo dificultoso de los caminos, no fueron las bestias caballares y mulares las que utilizaron los primeros pobladores de Ituango, para transportar sus productos. Fueron los bueyes, los primeros en trasegar los angostos y fangosos caminos de la región de Ituango, ya que, aunque lentos, tenían más fuerza y las pezuñas por ser más anchas, servían para asentar y abrir los nuevos caminos.
También la rica región de Santa Rita empezaba a poblarse con gentes atraídas por las ricas minas de Sinitavé, abundantes en oro.
Es así como las mulas y caballos, empiezan a ser los principales acompañantes de aquellos hombres ávidos de riqueza y con ilusiones de sacar a los suyos adelante, en estas alejadas pero fértiles tierras.
Ituanguino que se respetara tenía su caballo, su mulita, no importaba si fuera rico o pobre, pero este noble animal no podía faltar en cualquier familia ituanguina, ya fuera en la finca o en el pueblo; de hecho muchas casas del pueblo eran construidas con su pesebrera incluida, además fueron muchos los ituanguinos que montaron sus pesebreras para prestar el servicio de cuido de caballos y mulas, donde al animal le picaban caña, lo refrescaban con agua revuelta con melaza o panela, lo bañaban y a otros los ponían a estrenar herraduras. De hay el dicho: “Al que quiera más que le piquen caña”.
Para cada dueño su caballo, mula, significaba mucho, de ahí sus cuidados y todos tenían sonoros y agradables nombres, que en muchos casos identificaban a sus dueños.
Quizás de la primera mula que nos habla la historia de Ituango fue la del padre Manuel Salvador Arias, párroco de Ituango entre 1882 y 1916 cuando fallece en territorio Ituanguino.El padre Arias en su mula “Chúcura” sufre un accidente donde pierde su dedo índice, para reemplazarlo se inventó un dedo de plata, que utilizaba siempre que celebraba la Santa Misa y el cual se conserva hoy en la parroquia de Santa Bárbara de Ituango como una reliquia. Otra mula que cruzo los caminos de Ituango en los años 1919 fue la de la madre Laura, que atravesó los montes de Ituango en su fuerte mula “La florez” acompañada de su fiel peón “Efraín” (según nos cuenta el libro sobre su biografía)
Pero recordemos los nombres de mulas, caballos en Ituango y sus propietarios.
En Pascuitá don Eduardo Campuzano tenía su mula “Nieve” y “La Brisa”, don Manuel Bedoya, tenia su mula “La Esterlina”; Horacio Zapata tenía el Caballo “Morocho”, don Pepe Zapata tenía sus mulas “La Malagueña” y “La Siria”; Osvaldo Correa tenía la mula “La Castigadora” también en Pascuitá estaba “La Piragua”, mula preferida de don Nicolás Zapata; Milagros Correa tenía el macho “Monarca”, éste era de color amarillo; Jaime Correa tenía la yegua “María Rosa”; y la mula “Morena”, ésta era una mula “pajarera” (se asustan con facilidad). Iván Correa tenía los caballos “Patas-Agrias”, “El Satélite” y “El Cohete”. También doña Nelly Mira de Correa tenía la mula: “La Cumparsita”.Don Nicolás Zapata tenia una mula de carga llamada “la Pate Lata”, don Aurelio Correa tenia el caballo “El Corrosco” y Felicidad Correa era dueña de el caballo “El Caramelo”
Las gentes al estar tan familiarizados con estos animales tenían una serie de dichos, relacionados cos sus bestias: “A caballo regalado no se le mira el diente” otros decían: “A burro negro no le busque pelo blanco” para mostrarnos que no debemos de buscar cualidades buenas en lo que es esencialmente malo............CONTINUA
COMITE MUNICIPAL DE CAFETEROS DE ITUANGO.............2007
EN LA FOTO LOS INTEGRANTES DEL COMITE MUNICIPAL DE CAFETEROS DE ITUANGO, NUESTRO MUNICIPIO SIGUE SIENDO GRAN PRODUCTOR DE CAFE Y COMO TAL EN ESTOS ULTIMOS AÑOS SE HA INCREMANTADO SU CULTIVO EN EL MUNICPIO, TAMBIEN DEBEMOS DESTACAR LA IMPORTANTE LABOR QUE CUMPLE AL FRENTE DEL COMITE MUNICPAL EL CAFETERO OCTAVIO MORA RODRIGUEZ, ES GRATO APRECIAR LA GRAN CANTIDAD DE OBRAS QUE ACTUALMENTE SE LLEVAN A CABO EN ITUANGO CON APORTES DEL COMITE DEPARTAMENTAL DE CAFETEROS, OBRAS COMO EL MANTENIMIENTO DE LA CARRETERA QUE VA DEL RIO A QUEBRADA DEL MEDIO, LOS MEJORAMIENTOS DE VIVIENDAS EN GUACHARAQUERO, PIO DECIMO Y LOS SAUCES, RECURSOS PARA EL HOGAR JUVENIL DE LA GRANJA, AYUDAS AL ASILO DE SAN ROQUE Y ULTIMAMENTE ESTA PROXIMO A EMPEZAR LAS ELECTRIFICACIONES DE SINGO EL CHORRON Y LA CANDELARIA BAJA, UNAS GRACIAS AL COMITE DEPARTAMENTAL DE CAFETEROS, A LOS CULTIVADORES ITUANGUINOS, A LOS MIEMBROS DEL COMITE MUNICIPAL EN CABEZA DE OCTAVIO MORA, AL DOCTOR JUAN FRANSISCO SUAREZ.................PÒR LA GRAN CANTIDAD DE RECURSOS QUE ESTAN INVIRTIENDO EN NUESTRO MUNICIPIO ( EN LOS DOS ULTIMOS AÑOS UNOS 2000 MILLONES PESOS) Y A SEMBRAR CAFE EN TODO ITUANGO SEÑORES

CAMPESINOS VENDIENDO CAFE EN LOS AÑOS SESENTA
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