miércoles, diciembre 19, 2007

RESEÑA HISTORICA SOBRE LA FUNDACION DE ITUANGO POR LOS ESPAÑOLES

“Antes de la Invasión española, muchas culturas florecían en este territorio que hoy se llama Colombia. En el primer siglo de conquista, más del noventa por ciento de dicha población había sido muerta en combates. Durante tres siglos de dominio, algunas fueron exterminadas, otras sometidas, otras sobrevivieron en el refugio de las selvas y lugares más apartados. Fueron los primeros desplazamientos forzados de que se tiene noticia en nuestra tierra americana.
Las culturas africanas, variadas también, entraron en nuestra historia con el estigma de la esclavitud, pero después de la independencia de Colombia obtuvieron su libertad. Muchos indígenas y negros se mezclaron con los conquistadores y entre sí. De este mestizaje somos hijos buena parte de los colombianos. Una gran diversidad en la que muchos pueblos de indígenas y negros han conservado su autentica cultura.[1]
El municipio de Ituango tiene su origen en los grupos prehispánicos que habitaban la vertiente del río Cauca, al norte de Santa Fe de Antioquia, eran grupos culturalmente afines que conformaban pequeños cacicazgos en formación, estos grupos eran los Curumes, Hebejícos, Noriscos, Peques e Ituangos; cacicazgos que poseían jefaturas hereditarias permanentes, asumidas por dos hermanos (uno de los cuales ejercía el poder en la unidad principal, mientras el otro controlaba a los grupos dominados y se desempeñaba como jefe de los ejércitos del cacicazgo), se podían configurar así una forma de gobierno eficaz, para defender el territorio y mantener el control sobre los grupos situados en regiones diferentes, pero pertenecientes a la misma unidad socio – política. A pesar de que tenían unidades políticas autónomas, diferenciadas notablemente y conflictos entre ellos, realizaban alianzas o confederaciones para enfrentar a los grupos foráneos; en el caso de la conquista española se elegía jefe único, al individuo de mayor prestigio y valentía. Lo importante de esta situación era que no comprometía la autonomía de cada grupo.
Hasta el momento, no se han realizado estudios arqueológicos en esta región, pero si se tienen informaciones sobre sitios importantes y evidencias (fragmentos cerámicos), encontradas por parte de algunos campesinos en diferentes lugares del municipio; en el museo de la Universidad de Antioquia se encuentra material cerámico (vasijas).
En 1541, Jorge Robledo entró al territorio Antioqueño por la rivera derecha del río Cauca y recorrió los pueblos que nombraron Pascuas, Poblanco, Cinifaná, de las Peras (Amaga) y Mungía o pueblo de Sal (Heliconia). A finales de 1541, siguió hacía el norte cruzando el Llano de Ovejas y bajó al río Cauca cerca a Sopetrán, siguió al norte y encontró el pueblo de Tahamí. Algunos cronistas dicen que la expedición de Jorge Robledo cruzó el río Cauca, sin mencionar el sitio preciso, pero por sus características y por ser el sitio más apto pudo ser Oro Bajo o Playa Grande; durante mucho tiempo estos fueron los únicos sitios por donde se pudo pasar el río Cauca con mediana seguridad.
En 1569 Gaspar de Rodas fue comisionado por el Gobernador de Popayán, Alvaro de Mendoza, para pacificar a los indígenas del norte de la provincia de Antioquia, para lo cual organizó una gran expedición con un buen número de capitanes y soldados, entre ellos Francisco Martínez de Ospina como teniente General de Campo y capitanes de la caballería y la infantería Bartolomé Pineda y Juan Velazco, como Alférez al capitán Molano y Consejero al Capitán Arias, bajo los cuales había otros capitanes y soldados; avanzaron hasta la provincia de Ebégico donde se presentaron discrepancias con el Capitán Ospina, por su impaciencia, lo que ocasionó los primeros enfrentamientos con los indígenas, hecho que causo tal disgusto al viejo cacique Sinago, que murió de ello. Repartidos en comisiones exploratorias llegaron a los valles de San Andrés y Teco, bajaron a Bredunco en donde estaba el puente que los indios tenían sobre el río Cauca, en territorios del Cacique Neguerí. Juan Velazco bajó hasta las llanuras del norte (hoy bajo Cauca), y más tarde lo alcanzó Gaspar de Rodas con sus expedicionarios. De allí regresaron hacia las montañas de Antioquia por la margen izquierda del río Cauca, buscando el camino más fácil para remontar las serranías, así llegaron hasta Norisco, que comprende las ricas tierras de Ituango, donde los indígenas se mostraron receptivos y amigables. A este lugar llegaron otros contingentes de la expedición que transitaban por otros caminos, allí decidió Gaspar de Rodas fundar la primera ciudad, pues lo que había hecho hasta el momento era trasladar o refundar otros poblados. El 10 de septiembre de 1569, según Raúl Aguilar Rodas, de acuerdo con las leyes establecidas, fundó la ciudad de San Juan de Rodas, levantando un acta que debía de ir a la Gobernación de Popayán, a la Real Audiencia y de allí a la Corte de España.
El sitio escogido fue la ladera de una de las cordilleras que descienden del Paramillo, a menos de dos leguas del río Cauca; en donde se trazó el pueblo, señalando la plaza y los terrenos para la iglesia, cabildo y repartiendo tierras entre capitanes y soldados. El Capitán Juan de Velazco fue designado Teniente y Justicia Mayor, puesta a su cargo la naciente población, siendo alcalde Alonso Fernández Molano y Alguacil Mayor Juan Alonso de Santa Ana. Pero fue necesario ante los ataques de los indios desplazar la población hacia el Valle de Teco, mas cerca del Cauca y de más fácil comunicación con la provincia de Ebéjico; hecha la fundación, regresó Gaspar de Rodas a Santa Fe, por la vía de Antioquia Vieja, donde encontró la noticia de que el rey Carlos había nombrado a Andrés Valdivia como Gobernador de “entre los dos ríos”, es decir entre el Cauca al Occidente y el Magdalena al Oriente, llamándola como Provincia de Antioquia, así las ciudades que así se han llamado quedaran fuera de su territorio, esto había molestado al Gobernador de Popayán a quien se le cercenaba territorio.
A pesar de que Santa Fe no pertenecía a su gobernación, a Valdivia lo convencieron de que fijara por lo pronto su residencia allí, ya que no tenía ninguna ciudad, villa o aldea que le sirviera de capital, Valdivia había solicitado al rey que la agregara a su gobernación porque estaba mas cerca de sus territorios que de Popayán y porque en realidad era el centro de la provincia que incluía aún tierras de Urabá. El nuevo gobernador empezó a actuar pronto en Santa Fe y ratificó al capitán Juan de Velazco en San Juan de Rodas, así como a los funcionarios de Santa Fe. Esto motivó que el gobernador de Popayán, Jerónimo de Silva lo acusara ante la Real Audiencia como usurpador, Andrés Valdivia se empeñó en repoblar a Antioquia La Vieja, para lo cual tuvo grandes dificultades. Vio en San Juan de Rodas la gran oportunidad para poblarla y engrandecerla, para desde allí conquistar los territorios del Zenú y de Urabá y la adoptó como ciudad; hizo rápidas expediciones para comenzar a conocer aquellas tierras y sus gentes, la primera por la margen derecha del río Cauca, tierra de su gobernación. Marchó inmediatamente hacia San Juan de Rodas con toda su hueste y muchos de sus funcionarios, llevando herramientas y muchos ganados, llego con gran optimismo, pero pronto se fue en guerra contra los indios de Peque, no valiéndole consejos para que buscara su amistad.
Ordeno Valdivia a Juan de Velazco que hiciera una expedición hacia el norte en tierras Zenú, para lo cual llevo solo 30 hombres y 6 caballos y unos 200 indios de servicios, para no dejar la cuidad desguarnecida en medio de tanta hostilidad. El ataque de Valdivia a los peques ya había sido conocido por las tribus del norte, por eso al llegar la expedición a las provincias de Guasuce, Quisco y Araque, encontró una fuerte oposición, teniendo que regresar de huida a San Juan de Rodas, al día siguiente de la llegada, miles de indios atacaron la ciudad dando muerte al capitán Velazco e hiriendo a Fernández de Rivadeneyra, cuando el gobernador Valdivia llegó con refuerzos, la cuidad había sido arrasada y los pocos castellanos vivos habían huido por el monte.
Ordenó Valdivia que se reconstruyera la cuidad y repartió solares y tierras entre los que allí se encontraban, dejando como justicia mayor y teniente al capitán Antonio Osorio de la Paz, Valdivia envió nuevamente de santa Fe de Antioquia ganados y al sacerdote Juan Ruiz de Atienza con la ilusión de que todo mejoraría.
A finales del año 1572, llegó a Santa Fe la real cédula por medio de la cual se notificaba al gobernador Valdivia que las ciudades de Antioquia, Santa Fe y de San Juan de Rodas, no pertenecían a su gobernación de “Entre los dos ríos”, sino a la gobernación de Popayán, por lo cual debiera dejarlas y marchar a su territorio; poca atención presto a ello para preparar en secreto el establecimiento de su sede de gobierno y esperar una reposición que había interpuesto ante al real audiencia de Popayán. Posteriormente a finales de 1573, decidió enviar refuerzos a San Juan de Rodas, para lo cual despachó al capitán Francisco Maldonado con 12 soldados, pólvora y municiones y días mas tarde, marcho el mismo con los 47 soldados que le restaban, pero encontró que la ciudad estaba sitiada y vivía en guerra permanente. Con su hábil discurso planteó que la trasladaran a un punto mas seguro, el cual fuera al otro lado del Cauca, lejos de los territorios hostiles. Aceptaron todos y emprendieron la marcha, construyendo un puente sobre el río Cauca y allí les develó a sus seguidores que ahora si estaba en territorios de su jurisdicción, según la real cédula y los condujo al extenso Valle de San Andrés, antes llamado Guarcama, donde fundó nuevamente la ciudad, con 46 castellanos, 20 esclavos negros y mas de 200 indios de servicio.
Valdivia, había querido trasladar la ciudad de San Juan de Rodas pero, una vez en su territorio, decidió hacer una nueva fundación en la cabecera del Valle, en la Loma de Nohava en 1574, y le puso el nombre de ciudad de Ubeda.
Tiempo después, muerto Valdivia, en septiembre de 1575, llega a Gaspar de Rodas, correo del nuevo reino informándole que había sido nombrado capitán de Justicia mayor de la gobernación de “Entre los dos ríos” y se le solicitaba que se apersonara del gobierno, para restablecer el orden, investigar la muerte del anterior gobernador e imponer justicia. Tiempo después por Real Cédula de 13 de octubre de 1578, Gaspar de Rodas fue nombrado gobernador de las provincias de Antioquia y de “entre los dos ríos”.
En el año de 1582, ya fundada Zaragoza por el mismo Gaspar de Rodas y viendo el auge que tomaba, decidió refundar a San Juan de Rodas en el primitivo asiento, para lo cual encargó a su deudo Juan de Rodas Carvajal, llegado al sitio, la reedificó, pero duró solamente un año, pues fue destruida nuevamente por los indios, con ello decidió pasar a todos los pobladores a un pequeño establecimiento en los llanos y extensas sabanas del Zenú, creando la ciudad de San Jerónimo del Monte cercana al río San Jorge que desemboca en el río Magdalena.
Todavía en las postrimerías de su gobernación, Gaspar de Rodas insistía en la reedificación de la ciudad de San Juan de Rodas y para ello comisionó al Capitán Juan Fernández de Herazo, quien lo hizo el 22 de marzo de 1.600. Pero desapareció, luego, en forma definitiva.
Así como los primeros conquistadores Francisco César y Juan Badillo; La expedición del Gobernador de Cartagena Pedro de Heredia, para reconquistar la ciudad de Antioquia, partió del Litoral Atlántico hacia el sur, entrando por territorios hoy pertenecientes a Ituango, por allí se estableció el primer camino que los españoles tuvieron para entrar al interior de la provincia de Antioquia y su ciudad capital. Aún cuando era común tomar distintas variantes, la vía que más se estabilizó y perduró en el tiempo, fue la que partiendo de San Jerónimo del Monte ascendió por el río San Jorge, luego por el río Uré y pasando por este sitio transmontaba la Serranía de Ayapel, para llegar a lo que es hoy la ciudad de Ituango y de allí por las cuchillas de Guacharaquero, hasta llegar al paso del río Cauca, bien fuera por el sitio que después se llamó Playa Grande o el de Oro Bajo, para seguir por territorios de los hoy municipios de Sabanalarga, Liborina y Olaya, hasta llegar a Santa Fe de Antioquia, cruzando nuevamente el río Cauca.
Por estas tierras hoy de Ituango, siguieron incursionando los castellanos en busca de riquezas, especialmente las minas de oro, se tiene noticia de que Alonso de Rodas, hijo de Gaspar de Rodas, explotó las minas de Uré y de Maritue, la primera a orillas del río del mismo nombre y la segunda a orillas del hoy llamado Río Sucio, afluente del San Jorge.
Pasaron 200 años sin que se tuviera noticia de los posibles pobladores o colonos de estas tierras; solo en el año 1832, se tiene noticia de que fue creada la Viceparroquia de la Aguada y encomendada a los Párrocos de San Andrés y Sabanalarga, quienes la atendían alternadamente visitándola cada 6 meses.
El 23 de agosto de 1.847, fue creado el Distrito Parroquial de Ituango por Decreto del Gobernador de la provincia de Antioquia, José María Martínez Pardo, asignándole como sede transitoria el sitio de La Aguada. Esta no fue propiamente un poblado, sino una concentración de pequeñas parcelas agrícolas y de rústicas chozas filadas a la vera del camino, dentro del asentamiento indígena que allí existía.
Por decreto del mismo Gobernador, fechado el 8 de enero de 1.849, se ordenó el traslado de la cabecera municipal y parroquia al sitio de El Llano Alto, “mil varas” al norte de La Aguada, habiéndose dispuesto el trazo de calles y plaza y la asignación de espacios para la iglesia, escuela, casa consistorial y cementerio, labor que realizó el Señor Ramón Londoño; dicho traslado culminó en 1.854.
La formación del pueblo de Ituango en el lugar de El Llano Alto, se hizo en torno a la sede municipal y parroquial y a las fondas o “posadas” del camino, que fue el primero que tuvo la provincia de Antioquia, entre su capital y el puerto de Ayapel, de donde zarpaban las embarcaciones hacía el litoral Atlántico y la metrópoli Española. En efecto, por esta colina corría el más antiguo camino que los conquistadores transitaron por las cuchillas que llaman de San Juan de Rodas, hasta San Jerónimo del Monte, situado en las márgenes del río San Jorge.[2]

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