Durante años, los investigadores han intentado determinar si el consumo de gaseosas realmente afecta los huesos.
Durante años, los investigadores han intentado determinar si el consumo de gaseosas realmente perjudica los huesos. La conclusión hasta ahora es que algunos ingredientes de las gaseosas no son buenos para la salud, pero lo más importante es que se consuman más bebidas y alimentos que fortalezcan los huesos.
La preocupación sobre la fragilidad ósea está en aumento: en varios países, la mayoría de los niños con más de ocho años no recibe la cantidad necesaria de calcio, lo que eleva los riesgos de fracturas. Al mismo tiempo, la población con más de 50 años es mucho más susceptible a la osteoporosis. Según la revista británica de medicina Lancet, el número de fracturas de cadera provocadas por esa enfermedad alcanzará un total de 6,3 millones para 2050, casi cuatro veces más que lo registrado en 1990.
Una serie de estudios ha asociado el consumo de las colas, las gaseosas más populares, a la baja densidad mineral ósea. El año pasado, un estudio realizado por la revista American Journal of Clinical Nutrition en 2.538 hombres y mujeres detectó una relación entre las colas y la densidad mineral en la espina dorsal y las caderas. El estudio, que miró la densidad ósea y los hábitos alimenticios, no encontró ningún efecto en los hombres, pero sí un impacto significativo en las mujeres que toman más de tres colas a la semana. El estudio no encontró “ninguna evidencia” de que el consumo ocasional de colas afecte los huesos.
Algunos investigadores han planteado la hipótesis de que la cafeína, el ácido fosfórico, el azúcar e incluso la carbonatación en algunas gaseosas debilitan los huesos al desacelerar la absorción de calcio. Un informe de 2004 del Ministerio de Salud de EE.UU. sobre la salud de los huesos y la osteoporosis confirma que la cafeína y el fósforo pueden afectar la absorción de calcio, pero esos efectos pueden ser contrarrestados con el consumo regular de calcio en la dieta.
Roberto Pacifici, un experto en osteoporosis de la Universidad de Emory, dice que el historial familiar, el hábito de fumar y otros factores contribuyen más a la incidencia de la enfermedad que las gaseosas. Las personas necesitan consumir más calcio —entre 1.000 y 1.300 miligramos al día, dependiendo de la edad— para garantizar la salud de los huesos, dice.
Durante años, los investigadores han intentado determinar si el consumo de gaseosas realmente perjudica los huesos. La conclusión hasta ahora es que algunos ingredientes de las gaseosas no son buenos para la salud, pero lo más importante es que se consuman más bebidas y alimentos que fortalezcan los huesos.
La preocupación sobre la fragilidad ósea está en aumento: en varios países, la mayoría de los niños con más de ocho años no recibe la cantidad necesaria de calcio, lo que eleva los riesgos de fracturas. Al mismo tiempo, la población con más de 50 años es mucho más susceptible a la osteoporosis. Según la revista británica de medicina Lancet, el número de fracturas de cadera provocadas por esa enfermedad alcanzará un total de 6,3 millones para 2050, casi cuatro veces más que lo registrado en 1990.
Una serie de estudios ha asociado el consumo de las colas, las gaseosas más populares, a la baja densidad mineral ósea. El año pasado, un estudio realizado por la revista American Journal of Clinical Nutrition en 2.538 hombres y mujeres detectó una relación entre las colas y la densidad mineral en la espina dorsal y las caderas. El estudio, que miró la densidad ósea y los hábitos alimenticios, no encontró ningún efecto en los hombres, pero sí un impacto significativo en las mujeres que toman más de tres colas a la semana. El estudio no encontró “ninguna evidencia” de que el consumo ocasional de colas afecte los huesos.
Algunos investigadores han planteado la hipótesis de que la cafeína, el ácido fosfórico, el azúcar e incluso la carbonatación en algunas gaseosas debilitan los huesos al desacelerar la absorción de calcio. Un informe de 2004 del Ministerio de Salud de EE.UU. sobre la salud de los huesos y la osteoporosis confirma que la cafeína y el fósforo pueden afectar la absorción de calcio, pero esos efectos pueden ser contrarrestados con el consumo regular de calcio en la dieta.
Roberto Pacifici, un experto en osteoporosis de la Universidad de Emory, dice que el historial familiar, el hábito de fumar y otros factores contribuyen más a la incidencia de la enfermedad que las gaseosas. Las personas necesitan consumir más calcio —entre 1.000 y 1.300 miligramos al día, dependiendo de la edad— para garantizar la salud de los huesos, dice.