viernes, enero 12, 2007

EL BARRIO EL CARMELO EN LOS AÑOS 50

EL BRRIO EL CARMELO EN LOS AÑOS 50
El barrio el Carmelo en los años cincuenta era un hervidero de gentes y de negocios que iban y venían por las empedradas calles.
El barrio El Carmelo a principio de los años novecientos se conocía con el nombre de “El Cielo” pero ante la proliferación de negocios de cantina y de prostíbulos las gentes empezaron a llamarlo “Sodoma”, fue el padre Luis Carlos Jaramillo Arango quien organizo junto a los habitantes del barrio un santuario a la virgen del Carmen y le dio el nombre de barrio El Carmelo, para ello este recordado sacerdote tenia la idea de crear una parroquia y compro un lote al señor Toño Cadavid para construir una iglesia como efectivamente con el tiempo se hizo en el lugar donde actualmente se levanta el hermoso e imponente templo de la parroquia del Carmelo.
El Carmelo en los años cincuenta era asiento de gran cantidad de negocios especialmente cantinas, recordemos que en ese tiempo llegaban a Ituango gran cantidad de vecinos del municipio de Peque, qué venían a realizar sus vueltas notariales y a la Caja Agraria que destinaba todos los lunes para atender solo gentes venidas de Peque, además muchos Péquenses salían en las ferias (ultimo domingo de cada mes) a vender sus productos en Ituango.
En esos tiempos estaban las cantinas de Gilberto Zapata (la rana),la cantina de Froilan Guerra (floro) que tenia una victrola de moler allí se escuchaban los discos de moda (que le importa al mundo, los ejes de mi carreta y mama vieja), para escuchar esta música había que darle manivela a la victrola y cada 5 discos había que cambiar la aguja (que por cierto parecía una puntilla), José del Rosario Espinosa también tenia su cantina donde se vendía cerveza ,aguardiente y gaseosa nevada, cómo en esos tiempos no había luz ni mucho menos neveras los dueños de los negocios usaban unas canecas con agua donde echaban las cervezas y gaseosas para “enfríalas”.
Se recuerda a don José del Rosario Espinosa por su manera elegante de vestir, pantalón de paño, camisa blanca de manga larga, sombrero de fieltro y zapatos enchalorados siempre brillantes.
Pero el negocio mas famoso y frecuentado en el barrio el Carmelo de los años cincuenta era el grill “el gato negro” propiedad de Oscar Cadavid, este negocio funcionaba las 24 horas, mantenía entre 20 y 30 mujeres todas venidas de Medellín y Yarumal, el grill “el gato negro” tenia motor de luz propia y las mujeres eran cambiadas cada mes.
Clementina Correa tenía también su cantina en su casa y alquilaba piezas.
En esos tiempos entre las mujeres más asediadas eran: Mela, Chavela y la “pate-venao”
En la partida de Peque estaba la cantina de Luís Eduardo Chavarria y en el Requintadero Gelo Muriel y su esposa Trina también tenían un pequeño negocio donde se vendía cerveza y aguardiente.
Chimochenko tenia un negocio a un lado donde hoy esta el templo del Carmelo, allí vendía cerveza y alquilaba piezas a enamorados ocasionales.
Pero en el Carmelo también había tiendas y panadería, en el Alto de doña Chinca esta la tienda de don Ramón Lopera al frente estaba la panadería de los Guerra, más arriba subiendo a mano derecha estaba “la miscelánea” de Marco Tulio Correa y a un lado prestaba el servicio de cuido de bestias.
Don Luís Carvajal tenia una surtida tienda, doña Evangelina Piedrahita tenia en su casa una pequeña tienda,lo mismo que la tienda de Roberto Arango.
Para surtir los negocios de la época fuera de las bestias que llevaban la carga, estaba Pedro Bastidas que subía a sus espaldas la gaseosa y la cerveza
El Carmelo también tenia sus arrieros que vivian en el barrio, sé recuerda a los arrieros Sergio Sepúlveda, Carlos Chavarria (arriero de don Pedro José Piedrahita de Cortaderal) otro que fue arriero en sus años mozos fue Manuel Guerra “man-guerra” don Manuel como arreiro le toco viajar a Medellín con su mulada y llegar al plaza de Cisneros, cómo dato curioso los arrieros Ituanguinos una vez en Medellín se hospedaban en la “Pensión Cundinamarca”.Otro arriero famoso en el Carmelo fue Antonio Maria Pérez que arriaba hacia Guacharaquero,Lomitas-Peque y la Hundida.,también eran arrieros y vivian en el Carmelo, Pacho Zapata, Diego David y José Jaramillo (el negro Maluco) que arriaba para la finca “el retiro” de don Andrés Hincapié
Para tanta bestia caballar no podían faltar “los cuidos”, pesebreras donde las gentes dejaban sus caballos-mulas y allí se les prodigaba todo tipo de cuidados para que estuvieran listas para los largos y penosos viajes, en el Carmelo estaban las pesebreras de don Senen Agudelo, en la partida de Peque esta el cuido de don Porfirio Espinal y don de hoy esta la “manga de los Ciro” era el cuido de don Nicolás López y en esos tiempos se llamaba “la manga de los López”.
Los fines de semana en las cantinas del Carmelo no podían faltar las peleas por lo general a machete, eran peleadores famosos: Julio Sierra (posillo), Kilis López, Arturo Guerra y Arturo Arango.
Como en cualquier barrio del pueblo no podían faltar los “patos” aquellos muchachos que se hacían en las esquinas a realizar pesadas bromas o a jugar cartas, se recuerda a Emilio Alzate (milio cuscas), Toño Vásquez, Pacho Guerra, Darío Sepúlveda (peluco) y los hermanos Villa de “Montarron”.En esos tiempos una manera de diversión eran las carreras de caballos, estás se hacían desde la partida de Peque,se destacaban en esos correteos por las empedradas calles los hermanos Julio y Carlos Sierra
No podía faltar los músicos que animaban las fiestas familiares, José del Rosario Espinosa tocaba el tiple y el violin, Maximiliano Espinosa era un gran guitarrista , igual que Milo Alzate.
Ante tanta fiesta y algarabía que se vivía en el barrio el párroco Luís Carlos Jaramillo abrió el camino que después se convertiría en carretera que va hacia la Hundida, la idea era que las gentes que venían de Peque,Santa Ana,Palo Blanco,Guacharaquero….etc. no entraran al barrio y además organizo el santuario a la virgen del Carmen, dándole al barrio otro estilo de vida, hoy el barrio El Carmelo es uno de los mas grandes y organizados de Ituango,convertido en parroquia con un bonito templo, también es sede de un centro de salud y una cómoda escuela (escuela Juan XXIII)